Gobernantes
Ramón Zurita Sahagún martes 28, Jul 2015De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Con qué facilidad los gobernantes mexicanos se ubican en el ojo del huracán.
Sin distingo de colores o siglas, la mayor parte de los gobernantes del país generan problemas con su forma de gobernar y los abusos que cometen, los que muy rara ocasión son sancionados.
Desde siempre los gobernantes han sido una clase aparte, los más de ellos beneficiarios de las bondades del sistema político mexicano que les permite actuar con total impunidad y ser recipiendarios de grandes beneficios económicos, algunos de ellos sumamente sorprendentes.
Hasta el momento no sé de algún ex gobernador que padezca problemas económicos, sin importar que después de ese cargo no hayan ostentado ninguno otro. Por el contrario conozco los casos de muchos de ellos que habitan grandes mansiones, tienen casas de descanso en diversos sitios y, en su caso, lujosos despachos en las principales zonas de los lugares que gobernaron. Sin embargo, los gobernantes del pasado no fueron tan cuestionados como lo son los de la actualidad.
Hay un signo de identidad entre los gobernantes del presente, la facilidad que tienen para endeudar los estados que gobiernan y dejar una pesada herencia al sucesor.
Los gobernantes de hoy son distintos a los del pasado, ya que se requiere de jóvenes pujantes, metidos en la modernidad, con maestrías o doctorados principalmente en el extranjero. Cada uno de los partidos juega con esa figura, donde los jóvenes son lo de hoy y los que rebasan el medio siglo de vida pocas oportunidades tienen de gobernar.
Esos jóvenes que han sido empujados por su partido en algunos casos no llegan siquiera a la cuarta década, lo que no significa que los resultados de sus administraciones sean mejores.
Hay varios casos de gobernantes que muestran el desolador panorama de sus administraciones, cuyo peor aspecto es el que se presenta para sus gobernados. Apenas hace unos días, el gobernador de Guerrero, Rogelio Ortega Martínez, quiso terminar con su interinato antes de que este concluya.
El sucesor de Ángel Heladio Aguirre señaló que no hay dinero, el estado se encuentra endeudado y los problemas son muchos, por lo que prefiere entregar antes de tiempo a su sucesor, el priísta Héctor Astudillo Flores.
Guerrero está convertido en un desastre, provocado por la administración de Aguirre Rivero, la que le fue arrebatada por la serie de conflictos que se vivían en la entidad, donde se destaca la desaparición de 43 estudiantes que fueron declarados muertos y cuya investigación prosigue.
A eso se la aúnan los desatinos del gobernador, los vacíos de poder y los problemas generados por los fenómenos naturales.
La salida de Aguirre Rivero se hacía necesaria, pero el cúmulo de problemas originó que se buscará un interino proveniente de la academia y que mejor que tuviera en su expediente un doctorado en Ciencias Políticas.
El experimento es un fracaso y Ortega Martínez no pudo con el paquete, acumulando mayor deuda para el estado.
Javier Duarte de Ochoa es el gobernador de Veracruz que festinó como secretario de Finanzas de su entidad la bursatilización de la deuda del estado, la que hoy arrastra un enorme pasivo, cuya herencia es temida para quien sea el próximo gobernador.
Veracruz requiere del auxilio de la federación, para poder solventar algunos de los gastos más próximos, sobre todo con una elección estatal encima, prevista para julio del año próximo.
En Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón recibirá una cuantiosa herencia de corrupción, obras suntuarias no concluidas y un endeudamiento escandaloso.
Rodrigo Medina de la Cruz uno de los jóvenes proyectados antes de los 40 años al gobierno de un estado, fue un total desastre como gobernante y los abusos propios y de familiares se cuentan al mayoreo.
El endeudamiento en Veracruz y Nuevo León es enorme, tanto que se encuentran en el top de los cinco estados más endeudados del país.
Rubén Moreira Valdez ha tenido que naufragar con el endeudamiento que le dejó el gobierno anterior que encabezó su hermano, menor, Humberto, por lo que tuvo que recurrir a una renegociación de la deuda, reduciéndola en tres mil millones de pesos.
César Horacio Duarte es promovido como uno de los políticos priístas más idóneos para presidir a su partido a nivel nacional.
El gobernador de Chihuahua se encuentra inmerso en una serie de señalamientos que van desde la compra de acciones de un banco local, donde se depositan los recursos del estado, pasando por la adquisición de otros bienes, entre los que se destacan ranchos.
Su homólogo de Sonora, Guillermo Padrés Elías, ha sido acusado de todo: beneficiar a familiares con contratos, construir una presa privada en su rancho, la compra masiva de caballos pura sangre, el cobro de bonificaciones y ahora las denuncias se extienden hasta el lavado de dinero, cuya investigación se realiza en Estados Unidos y México.
En verdad son muchos los gobernantes que abusan del poder y otros que sin ver hacia el futuro dejan entidades sumamente endeudadas.
Lo peor de todo es que, salvo contadas excepciones, los gobernantes no son responsabilizados de los desaguisados que provocan en sus estados.
GANÓ EL PRI-VERDE
Después de muchos jaloneos le fue entregada la constancia de mayoría que le acredita el triunfo a Fernando Castellanos Cal y Mayor, candidato propuesto por la alianza PRI-Verde-Nueva Alianza y un partido local a la alcaldía de Tuxtla Gutiérrez.
La diferencia del ganador con el segundo lugar, el panista Francisco Rojas Toledo, fue de 795 votos, aunque el resultado no satisfizo al abanderado de Acción Nacional quien amenaza con incendiar la capital de Chiapas. Rojas Toledo es el mismo personaje panista que fue mostrado en un video cobrando por la otorgación de contratos de gobierno.