Las aves y “El Chapo”
¬ Augusto Corro jueves 16, Jul 2015Punto por punto
Augusto Corro
En la fuga de Joaquín Guzmán Loera “El Chapo” se utilizó tecnología de punta y conocimientos tradicionales de la minería.
Se trató de un plan que no dejó cabos sueltos; se cubrió hasta el último detalle para evitar cualquier obstáculo a la evasión.
Por ejemplo, llamó la atención la presencia de dos aves, todavía en bolsas de papel, encontradas en el predio a donde desemboca el túnel de salida.
Quienes conocen de minería saben que los pájaros, principalmente lo canarios, eran usados como un instrumento seguro para anunciar la presencia de gases tóxicos en el fondo de los túneles.
En cuanto moría el ave, los mineros tenían que salir a la superficie, pues la amenaza de un estallido del gas grisú era inminente.
El gas grisú siempre fue una amenaza para quienes trabajaban en las galerías subterráneas de donde extraían el carbón mineral.
Esa manera antigua de detectar la amenaza de gases mortales en el interior de los túneles fue la que se aplicó en la construcción del pasadizo que comunicó al penal con la casa ubicada a un kilómetro y medio de distancia y a 19 metros de profundidad.
Claro, en el caso que nos ocupa, además de la medida preventiva para responder inmediatamente a la amenaza de gases, las aves también sirvieron para detectar la contaminación interior del aire, pues la motocicleta de carga producía bióxido de carbono, etc.
Como se informó, el vehículo mencionado sirvió para desalojar la tierra y el escombro y tierra de la oquedad.
Lo pájaros, pues, cumplieron muy bien su misión preventiva.
EL SISTEMA CARCELARIO
A raíz de la fuga de “El Chapo” surge el tema de la corrupción en el sistema penitenciario de México.
Se vuelve a escuchar lo mismo de siempre: las prisiones mexicanas son las verdaderas escuelas del crimen, donde la corrupción se practica cotidianamente.
En algunos penales, el problema es grave porque son autogobernados por los propios reclusos vinculados en muchos de los casos a la delincuencia organizada. Esto ocurre concretamente en reclusorios comunes.
Sin embargo, la corrupción se da sin excepción en todos los penales, incluidos los de alta seguridad como el Altiplano.
En este caso, según información que aparece en diferentes medios, proporcionada por familiares de reos federales, el sistema carcelario es cruel e inhumano.
Para que los internos del penal no sufran un sinnúmero de vejaciones o golpes por parte de sus compañeros, se llega a arreglos entre los custodios o los parientes y abogados, como son los pagos de cuotas.
Se entendía que el nivel de una prisión de alta seguridad estaba alejado de ese tipo de corrupción, debido, entre otras cosas, a la peligrosidad de los reos. Pero ya se vio que la corrupción no tiene límites.
Y si la ilegalidad se practica en las cárceles de alta seguridad, ¿qué se espera en las prisiones de pueblo? De ahí que poco impacte saber que los reos poderosos entran y salen de la cárcel para practicar sus relaciones públicas o sociales.
O para asesinar a sus enemigos, como ocurrió en Gómez Palacio, Durango, donde los sicarios salían por las noches para ajustar cuentas.
El caos en las cárceles es general, se podrían escribir muchos libros para denunciar tantas injusticias que no solo padecen inocentes recluidos por no contar con medios económicos para buscar su libertad, sino los propios reos son víctimas de sus compañeros abusivos y de los custodios y funcionarios corruptos.
Nunca será tarde para erradicar la corrupción y la vida de infierno de los internos que prevalecen en todos los penales.
LA RECOMPENSA
Por cierto, ¿dónde está “El Chapo” en estos momentos?
La pregunta viene a cuento porque el tema de la fuga del sinaloense estuvo en boca de mucha gente. Algunos lo hacen en alguna República centroamericana. Otros en las montañas del Triángulo Dorado o en alguna residencia cercana a Toluca.
Pero como se escucharon ruidos de helicóptero la noche de la fuga, es posible que “El Chapo” se encuentre en su natal Sinaloa.
Mientras en los vehículos de la policía ya se encuentra la foto del delincuente, pegada en las ventanillas: sin bigote, pelón, barba sin rasurar.
Quien informe sobre pistas seguras para su localización y captura recibirá una recompensa de 60 millones de pesos.
Así pues, si quiere obtener esa suma nada despreciable de dinero, adelántesele a la PGR, DEA y FBI, a la Armada y al Ejército.
No es tarea fácil: se trata de encontrar a un prófugo que tiene la mejor arma para esconderse y huir de quienes lo persiguen: el dinero.