Pulso de inteligencias
Roberto Vizcaíno miércoles 15, Jul 2015Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- El equipo de expertos en inteligencia que ayudó a su captura el año pasado opera de nuevo su reaprehensión
- Escapar como lo hizo, teniendo todo en contra, demuestra su capacidad de análisis y acción
- La PGR y otras fuerzas van ahora contra el cártel de Sinaloa para presionarlo
Asumido el golpe, recobrado el estilo y el control, el presidente Enrique Peña Nieto y su secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong ya definieron la ruta para reencontrar a Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Esta ruta es ya la del uso de los sistemas de inteligencia.
Saben Peña, Osorio y sus equipos que con “El Chapo” se enfrentan a una de las mentes criminales más agudas y avanzadas del mundo delincuencial y a una organización que cuenta con enormes recursos económicos y tecnológicos como ha quedado demostrado con su fuga y otras acciones de su cártel.
Luego entonces la convicción, certeza, sobre la que girará la estrategia gubernamental es simple, obvia, pero contundente: la estructura del delincuente es sólo una… la de ser un criminal.
Y dentro de este esquema “El Chapo” sólo tiene como campo de acción a su organización y sus territorios, ampliamente conocidos por las autoridades.
Joaquín Guzmán Loera no puede ser más que lo que siempre ha sido: un delincuente. No conoce otro mundo. Impensable que cambie, que busque asumir otra personalidad. Hacerlo lo haría muy vulnerable, y él no va a correr ese riesgo, indican. Luego entonces actuará como siempre lo ha hecho. Y eso reduce mucho los espacios donde hoy puede estar. Y hacia dónde se dirige.
Las autoridades tampoco creen que vaya a buscar alterar su imagen física y comportamiento. Al tenerlo en prisión encontraron que uno de sus rasgos más fuertes de personalidad es precisamente el de la vanidad. Nunca, ni en los peores momentos de riesgo y peligro para él, ha intentado modificar sus rasgos. No lo hará hoy, dicen.
A decir de Osorio Chong, “El Chapo” analizó todo el sistema de alta seguridad que lo rodeaba y logró encontrar precisamente sus fallas: los 2 puntos ciegos dentro de su celda. Y las aprovechó. Nadie más lo había logrado.
Al hacerlo evidenció que los otros muchos delincuentes de alto perfil que se encuentran recluidos en el mismo penal de alta seguridad vulnerado por él, no son tan inteligentes como él.
Pero a los primeros que se llevó en este pulso, fue a las autoridades.
Osorio lo relata así:
“… se tenía una atención especial sobre este delincuente… ¿en qué corresponde ese doble cuidado a este delincuente?… Las cámaras no están en cada celda de la cárcel, solo estaban en la de “El Chapo”, y algunas otras pocas más.
“La pulsera que tenía, no la tienen los internos del Altiplano. La tenían solamente algunos, y uno de ellos era él.
“Teníamos una serie de acciones del cuidado mayor a un delincuente de este tamaño, y lo que he manifestado también, es que ha ocupado una acción insólita, por supuesto, que rompe todo este paradigma de protocolos de seguridad de cualquier cárcel del mundo, porque cuando digo que (el penal ) está certificado, es que tiene una certificación igual a muchas que podría enumerarles de Estados Unidos y de otros países, exactamente las mismas”, explicó.
La otra punta de la pinza fue algo muy conocido en México: que dentro del equipo de seguridad siempre hay quien se corrompa. ¿Cuánto dinero invirtió en quienes le ayudaron desde dentro y o fuera del penal a escapar? No importa, cualquier cantidad era poca frente a su liberación. Y él tiene más que suficiente para corromper a quien se deje.
Hoy, en este pulso en el que “El Chapo” le lleva la delantera al gobierno, comienza a girar la tuerca de la inteligencia.
A estas horas el equipo que logró su captura el año pasado ya está de nuevo operando para su reaprehensión.
De ellos Osorio dice:
“La coordinación y los sistemas de inteligencia, fueron claves para la detención de Joaquín Guzmán Loera el año pasado, y lo son ahora para dar con su paradero…
“La instrucción ha sido una: utilizar todas las capacidades humanas y tecnológicas disponibles, a fin de localizar y reaprehender a este criminal.
“Todas las áreas del Gabinete de Seguridad, incluyendo las de investigación e inteligencia, así lo están haciendo de forma ininterrumpida”.
Indicó el hidalguense –de quien no pocos interesados exigen su cese inmediato, como si echarlo fuera del Gabinete fuese a solucionar algo respecto de la fuga del criminal–, que así como no se escatimaron recursos para detenerlo el año pasado, tampoco habrá hoy límites para reaprenderlo.
Y sentenció: “No habrá descanso para este delincuente”.
En este punto el secretario de Gobernación reveló algo que se desconocía:
“Nunca se ha dejado de investigar a este delincuente, nunca…”
Dijo que luego de su captura “El Chapo” el año pasado y una vez recluido en prisión, la PGR continuó investigándolo.
“Hay muchas otras líneas que se han seguido, no solamente era la detención histórica que logró este gobierno, sino además saber todo sobre su cártel, saber sus movimientos financieros, saber el movimiento, el trasiego de la droga hacia Estados Unidos, internamente en nuestro país, los recursos, las empresas.
“Todo eso es lo que la PGR ha venido dándole seguimiento y por supuesto que nunca abandonamos no solamente en su búsqueda en su momento, sino ya en su reclusión, a Joaquín Guzmán”, indicó.
¿POR QUÉ NO TENÍA GPS?
Osorio explicó que por reglas establecidas por la Comisión Nacional de Derechos Humanos no se puede colocar brazaletes con sistemas de detección o ubicación GPS a internos en penales. Entonces el brazalete que traía “El Chapo” era sólo para ubicarlo dentro del penal, no fuera de él. Es por eso que decidió invitar a senadores de la Comisión de Justicia y Seguridad a un recorrido por el penal, la celda de “El Chapo” y el túnel y las instalaciones por donde se fugó, a fin de ver si se puede legislar para quitar las trabas legales que existen para colocar brazaletes con GPS a reos de alta peligrosidad.
TRAS DE ÉL
Echado a andar el trabajo de inteligencia, el gobierno ha reunido a quienes lograron su captura el año pasado. Son quienes lo conocen a fondo y quienes ahora cuentan con videos, fotos, información íntima, con todos sus datos biométricos derivados del examen de salud que se le realizó al ingresar a prisión.
Saben cuáles son sus males y dolencias y a qué enfermedades está más expuesto. Información muy valiosa porque determinará los hospitales, médicos, medicinas, a las que podría tener que acudir.
Las muestras de biometría con que ahora cuenta el gobierno y sus sistemas de seguridad, y que han sido compartidas con las de Estados Unidos, pueden determinar su identidad a través de muestras dejadas en vasos, en autos, en casas y otros muchos lugares.
En fin, que a través de las tecnologías de la información, toda esta reserva con que ahora cuenta la autoridad les permitirá aplicar mediciones matemáticas y estadísticas sobre los rasgos físicos o de conducta de “El Chapo”, para su autentificación, es decir, “verificar” su identidad.
Cuentan además con sus huellas dactilares, de retina, del iris de sus ojos, sus patrones faciales, de venas de sus manos o la geometría de las palmas de sus manos elementos que ayudarán sin duda a su localización.
Ni qué decir que ahora quienes deben saberlo saben de sus características físicas y de su comportamiento que incluye entre otros, la escritura y la firma, su forma de caminar y los elementos de su voz.
Así pues, el pulso entre “El Chapo” y el gobierno de Peña Nieto se resolverá a través del uso de la inteligencia y en eso el delincuente parece tiene prácticamente todas las de perder.