Los juegos del poder
Francisco Rodríguez jueves 4, Jun 2015Índice político
Francisco Rodríguez
Siempre ha habido gente que piensa que somos un ente nacional aislado. Que nadie se fija en nuestros errores y nadie critica las miserias ajenas. Podemos hacer lo que nos venga en gana y no pasa nada allá afuera.
Que nadie está atento a lo que hagamos, y desde la sombra, agazapado, calcula el momento oportuno para dar el zarpazo mortal con el objetivo de arrebatarnos todo.
Pensar así es negar la evidente interdependencia. Creer que estamos lejos del mundanal ruido. Y lo que es peor, es negarse a la realidad de que nos presionan los dueños del mundo. Poderes que rebasan la imaginación de lo posible y de lo creíble.
La creencia en el confinamiento, forma parte del constructo aldeano, de la mentalidad cerrada que se niega a aceptar la globalidad, aunque sea como el gran fracaso del siglo XX. Es creer que la ínsula Barataria está demasiado poblada.
Banqueros, financieros, políticos de estatura mundial, partidos políticos de todos los signos, publicaciones de todas las tendencias, hablan de la globalización no sólo como un fracaso económico, sino como un pecado vergonzante que se cometió en nombre de la humanidad.
Pero con un signo evidente de permanencia, aunque esté acabando, aún en su agonía, con rasgos valiosos de nacionalismo y autenticidad en todos los confines. O quizá por eso mismo.
La historia no puede reducirse a lo anecdótico, ni sólo a las gestas de los grandes hombres, que cuando morían se cambiaba de época y a menudo también de libros y autores. El enfoque real es aquél que sustituye los impactos inmediatos, por las permanencias de los impactos estructurales.
Consiste en cambiar el soplo corto y dramático de la batalla por una historia que ya no sólo debe recurrir a los testimonios y a la sicología, sino a la geografía, la economía política y la sociología, como ciencia. Colocar en nuestra paleta nuevos colores, para el mejor análisis del mundo.
No quiere decir que lo anecdótico no sea cierto. Sí lo es, pero esquemático, no analítico. Los juegos de poder no pueden reducirse a frases simplonas, a personalismos, a voluntarismos, a decisiones del carácter.
Atrás de todo, siempre están los factores reales, los grupos de poder, los dueños del dinero, los estrategas financieros y políticos, los factótums en las sucesiones dinásticas, los que inclinan el curso de los acontecimientos.
Ninguna sociedad estatal vigente puede ser analizada a la luz de sus instituciones constitucionales y legales, prescindiendo del papel que juegan los grupos efectivos de presión y de poder en el proceso político como un todo.
Ninguna cuestión pública puede ser separada de sus repercusiones económicas y, consecuentemente, ningún asunto económico puede ser resuelto sin instrumentos de análisis políticos.
Los grupos de manipuladores constituyen un hecho inalterable de la biología política del hombre. Al fin y al cabo, la estructura moderna de los grupos de manipuladores tiene entre nosotros más de dos siglos, con estructuras similares a los partidos políticos.
”El manipulador de los hilos que entre bastidores mueve las marionetas en el escenario según su voluntad, es un fenómeno omnipresente del proceso del poder”, señala Karl Loewenstein.
Siempre ha estado ahí. Desde el Egipto de los faraones, desde Tlacaelel en el templo mayor del Teocalli, hasta los estados islámicos, antes de la restauración Meiji y durante el mandarinato, en Japón y China, respectivamente. Es inútil tratar de negarlo.
Hace más de un siglo los Rothschild querían globalizar
Un análisis somero de las dinastías europeas y norteamericanas, durante los tres últimos siglos, lleva a la conclusión que la rotación de la autoridad efectiva se reduce a la hegemonía de unos cuantos apellidos.
Posiblemente ayude a concluir lo anterior, el hecho que, desde que Karl Marx salió huyendo de Prusia, debido a la persecución policíaca en su contra, llegó a Londres a encontrar refugio en la casa de Nathan Mayer Rothschild.
Años antes había llegado a esa casona, compelido por razones muy parecidas ,un masón británico que llegaría a ser Primer ministro de la Commonwealth, Benjamin Disraeli.
El mayor de los banqueros Rothschild, Nathan, pidió y financió a Marx la elaboración de su obra cumbre El Capital, a raíz de la explicación que le dio sobre un plan a futuro de la familia, la “globalizacion”, es decir el gobierno del mundo en un puño, con autoridades a modo. El sueño de siempre.
A Lionel Walter Rothschild, hermano menor, se le atribuyó durante largo tiempo la autoría de Los protocolos de los sabios de Sión. Para mayor detalle, Lionel siempre fue el jefe en la sombra del Partido Comunista. Organizador de la I Internacional.
Los Rothschild, aparte de judíos icónicos, eran budistas consumados. La frase de la casa era: “Todo lo que somos es el resultado de todo lo que hemos pensado, está fundado en nuestros pensamientos y está sólo hecho de ellos” (Sidharta Gautama, Buda).
El poder efectivo de allí, hasta hace muy poco, giró en función de tres apellidos: Rockefeller, Rothschild y Bilderberger. Durante dos siglos, su influencia se ejerció sobre las más prestigiadas agencias de noticias del mundo.
United Press Internacional (UPI); Associated Press ( AP); Reuters; Agence France Presse (AFP), y todos los etcéteras que usted guste añadir, en sus menús de recetas políticas.
Hemos llegado al límite de nuestra supervivencia
Así ha sido y es el imperio omnipresente. El grupo original dobla y desdobla apellidos, crea y recrea hegemonías, duplica y multiplica necesidades e intereses abocados a satisfacerlas, así sea a través de placebos e instrumentos como las guerras, las vacunas, las drogas, los tráficos de órganos, la medicina genómica, etc.
La maquinaria del totalitarismo político sigue funcionando, sin reparar en las consecuencias históricas, para arrasar a todo adversario a su mínima expresión. Nadie tiene con qué defenderse exitosamente.
Esta es la clase de época que nos ha tocado vivir, en donde el firme terreno de nuestras ideas preconcebidas (más difícil de dividir que un átomo, Einstein dixit) se sacude día tras día bajo nuestros pies vacilantes. Hemos llegado al límite de nuestra supervivencia.
Como dijera Shakespeare en El Rey Lear: “De ser humana la muerte, habría perecido hoy”. El personaje del dramaturgo, adicto a la adulación del poder, muere solitario al no entender el rostro auténtico de Cordelia, la cara de la sinceridad inexpresiva.
Índice Flamígero: Una evolución suburbana: Nezahualcóyotl, municipio conurbado a la CDMX, ha atravesado varias etapas: Primero fue Nezalodo, ya que había sido erigido sobre el insalubre vaso del ex lago de Texcoco; más tarde, Nezapolvo, al secarse las aguas; creció y le llamaron MiNezota; al urbanizarse fue NezaYork…