César Duarte se autodestapa… como sucesor de Peña Nieto
Roberto Vizcaíno martes 12, May 2015Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- El gobernador de Chihuahua afirma que ya es tiempo que un chihuahuense sea Presidente de la República
- Por eso, apoyará la aprobación de una reforma para acortar a dos años la gubernatura siguiente
- El que resulte elegido sería un delfín suyo que le cuide hacienda (dineros) y juzgado por aquello de las denuncias en su contra
Dicen sus cercanos que alentado y asesorado por Emilio Gamboa, a quien el gobernador de Chihuahua reconoce como su “gran padrino político”, César Duarte se autodestapó durante el pasado fin de semana como el sucesor de Enrique Peña Nieto.
El escenario para hacerlo fue el festival del Día de las Madres al que asistieron unas 4 mil empleadas de su gobierno.
Ahí, según reporta la crónica local, dijo que “ya hace falta que un presidente de México, sea chihuahuense”.
Durante los días previos los medios locales informaron ampliamente de la iniciativa presentada sorpresivamente al pleno del Congreso estatal el martes por la diputada perredista Hortensia Aragón e inmediatamente después suscrita por 15 de los 17 diputados del PRI y los legisladores de los pequeños partidos políticos, para acortar a dos años la gubernatura siguiente.
El argumento es que establecer una gubernatura de 2 años permitiría empatar la elección de gobernador con la Presidencial de 2018.
El principal defensor de esta iniciativa es ya Duarte Jáquez.
Pero las cosas cobraron un giro inesperado cuando César Duarte agregó a su argumentación el siguiente razonamiento:
“… un nuevo cambio a la legislación electoral para reducir el próximo periodo gubernamental bien podría apuntalar a un chihuahuense por ese cargo –la Presidencia– como ha ocurrido en ciclos pasados con ex gobernadores de otros estados”, dijo.
Y por si no les hubiera quedado claro a sus oyentes, subrayó:
“Pero sobre todo, debe darle a Chihuahua posibilidades de que también, ¿por qué no?, en 6, 12 o 18 años, un gobernador de Chihuahua pueda ser presidente de la República, desde la plataforma de haber hecho un buen gobierno”.
Recordó que el desfase de las contiendas por la gubernatura de Chihuahua con la de la Presidencia de la República ha impedido que se dé esa oportunidad.
Establecer una gubernatura de dos años abre ese panorama, a pesar de que en las discusiones sobre el tema se sugieran o digan muchas cosas, indicó para desvirtuar que se le atribuya un posible intento futurista.
El discurso de Duarte que fue más allá de los 40 minutos de duración, centró su interés justamente en el asunto de la que ya se conoce en el estado como “la mini gubernatura”.
“Ustedes saben muy bien cómo cambian las cosas en la función del gobierno cuando hay elecciones; qué mejor que haya sólo elecciones cada tres años y qué mejor que Chihuahua entrara junto con el presidente de la República, para que juntos arranquen al mismo tiempo los proyectos”, ahondó.
Duarte intentó infructuosamente desviar la atención sobre él al indicar que en todo caso es al Congreso del estado al que le corresponde decidir si aprueba o no esta iniciativa de la perredista, a quien todo el mundo político estatal señala como uno de los alfiles del gobernador dentro del Legislativo Chihuahuense.
“Yo no voto, sí veto; en el Congreso está la discusión, ahí están los partidos, y si dicen que se van a gastar mucho o se va a gastar más, se va a gastar una vez, en dos años o en cinco, pero una vez”, insistió.
El controvertido gobernador consideró que no hay fundamentos para impedir esta reforma y menos si provienen de aspirantes a su sucesión.
“Deben entender que un periodo de dos años en el gobierno estatal, no significa inmovilizarlo: “estancar al estado es rehuirle a sus problemas, es no enfrentar sus problemas, y en un año se hace lo que se debe hacer, en uno, en dos, en cinco o 20”, respondió.
AL PRIMER CÍRCULO
A pesar de ser el estado territorialmente más grande del país, Chihuahua es social y políticamente un pueblo chico.
Y como tal los escándalos y los rumores, los trascendidos y los comentarios en columnas son abiertos mensajes entre la clase del poder.
Y en una de estas, la de Don Mirione que publica El Norte y que es una de las más influyentes por sus fuentes de información, se destacó el domingo que una vez tramitado acortar el siguiente período gubernamental a dos años para empatar la elección estatal a la presidencial, César Duarte podría:
Tener el respaldo y una “actitud sobrada para meterse entre el primer círculo del presidente Peña Nieto con el ojo puesto en la dirigencia nacional del PRI, la Sedatu, (o) la Secretaría de Gobernación… El viernes no fue ninguna sorpresa para este escribidor que se haya destapado directamente para Los Pinos. Es su sueño más acariciado”, comenta Don Mirione.
Quienes conocen el contexto indican que este columnista es la voz del ganso de Duarte. Por ahí envía mensajes a amigos y enemigos.
En el mismo texto se habla de que acortar la siguiente gubernatura a dos años le permitiría a Duarte Jáquez colocar a un incondicional suyo para que le cuide los dineros estatales y las espaldas ante cualquier denuncia o intento por acusarlo de ilícitos.
Y es que Duarte ha sido señalado de colocar en cargos públicos a hermanos y otros familiares por donde se cobran cuantiosos moches.
Tampoco es un secreto que es propietario de un fideicomiso en el Banco Unión Progreso que es donde se reciben y administran los miles de millones de pesos de partidas federales y otros depósitos, en un por demás claro conflicto de intereses que apunta más bien a la intervención de Hacienda, la Comisión Nacional de Valores y la PGR.
En la misma columna se indica que si Duarte, como él afirma entre sus amigos y cercanos, es llamado al primer círculo de Peña Nieto, ya sea en Sedatu para sustituir a Jesús Murillo Karam, o a dirigir el PRI en lugar de César Camacho –quien va como diputado pluri a San Lázaro-, o a Gobernación en lugar de Miguel Ángel Osorio Chong entonces:
“(eso serviría oooobviamente), para (que el hoy gobernador de Chihuahua pueda) posicionarse en el plano nacional de aquí al 2018, el gobernador requiere que en el 2016 tome las riendas un sucesor que le garantice el cobertor San Marcos del que habló Mirone hace 15 días y le proteja la espalda en Hacienda y en todas las áreas de la Administración estatal, incluidos los poderes Legislativo y Judicial. Por el Legislativo pueden caer las auditorías, por el Judicial los proceso penales. El abundante material está a flor de tierra.
“Duarte sabe que no son pocos los que le tienen hambre ni escasos los heridos que se vienen arrastrando desde la campaña electoral y a lo largo de los casi cinco años completos; no los tiene en consideración como obstáculo ni como enemigos importantes en su presente ni en su futuro, pero tampoco quiere dejar la retaguardia a su disposición. Sabe lo que harían con ella.
“Así que, si pega el chicle, ya se habla de un Marcelo González, de un José Miguel Salcido, de un Mario Trevizo, de un Jorge González, y hasta del propio Enrique Serrano, para que cubran los dos años y cuiden adecuadamente la espalda de Duarte Jáquez”.
Así, nada más ni nada menos para dejar claro que Luis Videgaray o Miguel Ángel Osorio Chong no tienen por qué perder el tiempo y que podrían renunciar mañana mismo porque ya hay precandidato del PRI a suceder a Peña Nieto… bueno eso dice César Duarte Jáquez.