¿Cambios en el gobierno?
¬ Alejo Sánchez Cano lunes 30, Mar 2015Como veo, doy
Alejo Sánchez Cano
Mucho se habla de si en el equipo del presidente Enrique Peña Nieto se deban hacer cambios en el primer nivel de la estructura de su gobierno, incluso hasta se sugieren nombres de quienes aparentemente no están cumpliendo con las tareas encomendadas en estos casi dos primeros años y medio de la actual administración federal, pues sí, tal vez haya necesidad de hacer algunos ajustes, sea para reforzar las estrategias o para renovar ánimos, pero también hay quienes opinan que el problema no está en las cabezas dirigentes sino en la parte media de la estructura y al respecto se menciona a una administración con cabeza, pero con algunas fallas en las articulaciones del cuerpo. ¿A qué se refieren?, veamos.
Es un hecho que quienes hoy forman parte del primer equipo del Ejecutivo federal, son quienes asumieron un compromiso no sólo con el Presidente de la República, sino con México, y con ellos el gobierno peñista busca la transformación y los cambios sustanciales de las políticas públicas que la nación demanda y existe ese compromiso porque muchos de ellos asumieron ese reto junto a muchos mexicanos en tiempos de campaña. Pero aquí la pregunta es, qué hay de aquellos funcionarios que hoy siguen en la administración pública en la parte media y superior, pero que empujaron las candidaturas azules y apostaron por otros compromisos.
Es un hecho que México requiere ante todo hombres de experiencia al frente de la administración pública, pero hay quien opina que en algunos puntos de la administración que encabeza un presidente priísta hay servidores públicos que no sólo se identifican con los idearios del Partido Acción Nacional, sino que desde esos espacios torpedean los logros y acciones del partido que hoy es gobierno porque obtuvo el voto mayoritario en julio de 2012. Incluso, se dice que muchos de esos servidores identificados con el partido blanquiazul son quienes más fuerte hablan en contra del equipo que encabeza el primer mandatario y lo hacen porque su llegada obedece a fines partidistas más no precisamente por su experiencia como servidores públicos, sí, la mayoría de esos funcionarios que hoy critican a sus jefes son los que llegaron al amparo de una ley que inició su vigencia en abril de 2004 durante el sexenio de Vicente Fox, la Ley del Servicio Profesional de Carrera de la Administración Pública Federal, y con su llegada se desplazó a mucha gente con experiencia en los diversos ramos del gobierno. En otras palabras, al interior de la administración pública los propios trabajadores de confianza y sindicalizados, hoy hablan de una cabeza de gobierno comprometida con México, pero señalan que algunas partes de ese cuerpo están comprometidas con los principios e ideales por los que votaron, que nos son precisamente los ideales y objetivos del partido en el gobierno. Es como si la cabeza quisiera hacer una cosa, pero el cuerpo no le respondiera, así ven las cosas los trabajadores desde dentro del gobierno.
Ante esta situación, no estaría mal que los cambios sugeridos, además de los que por estrategia se tuvieran que hacer en el primer nivel, también se dieran en la parte media, ese sería un paso importante para lograr los cambios esperados, sobre todo tendrán que sustituir a todos aquellos burócratas que se sienten intocables y se escudan en los beneficios de una ley del servicio civil de carrera que no acaba de convencer en cuanto a las justificaciones legales por las que fue creada.
No hay que olvidar que la referida ley motivó que muchos expertos y trabajadores de probada confianza y conocimiento en diferentes carteras fueron sustituidos por improvisados currículos, sea porque eran panistas o, lo que es peor, por ser amigos del presidente o de los amigos de éste, al grado que las administraciones de Vicente Fox y de Felipe Calderón fueron identificadas como gobiernos de “cuates”.
La tarea no es fácil, pero es un pendiente en la administración federal, revisar trayectorias y hacer a un lado a quienes se sientan intocables, porque no sólo tienen que estar los mejores y sino que también respondan a las directrices del gobierno de Enrique Peña Nieto, porque hay un compromiso con México. Esa debe ser una diferencia entre un gobierno y otro, entre los que perdieron y los que ganaron, entre los que salen y los que entran o se quedan.
VA MI RESTO.- A propósito de la Ley del Servicio Profesional de Carrera de la Administración Pública Federal, es preciso señalar que fue a principios de 2003 cuando los legisladores (senadores y diputados federales) aprobaron dicha ley, misma que de origen no previó conservar o preservar la planta laboral de experiencia y los implementadores de la misma, la administración de Vicente Fox, entendió que había que sustituir a esos trabajadores con militantes panistas o con “puros cuates”, y así lo hicieron desde los niveles de director general hasta las llamadas plazas de Enlace.
Tal vez sea por ello que, sí no todos, sí la mayoría, dichos funcionarios beneficiados con dicha ley hoy actúan bajo la lógica partidista y caminan en sentido contrario a las directrices del gobierno. Ese es el problema de muchos quienes hoy forman parte de la administración federal, pues mientras unos buscan la transformación de México otros trabajan por su regreso al poder.
Por último, es de precisar que desde su origen y en su naturaleza esa ley pretendía garantizar la estabilidad y seguridad en el empleo, promover la responsabilidad, diligencia y eficacia mediante una motivación adecuada, elevando así la eficiencia y la agilidad, así como promover la capacidad permanente del personal de la administración pública, también debía contribuir a asegurar la lealtad a la misma en un marco de eficiencia y honradez. Lástima, no se logró del todo, hay que revisarla y si es necesario cambiarla.