Se busca candidato
Ramón Zurita Sahagún lunes 26, Jul 2010De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
El supuesto reforzamiento de la estructura del Comité Ejecutivo Nacional del PAN, es un paso firme hacia la consolidación del partido y fincar las bases para sentar las bases de la figura del candidato que contenderá en los comicios presidenciales del 2012.
Hay quienes afirman que el presidente Calderón ya tiene definida la sucesión en la figura de su secretario de Hacienda, Ernesto Cordero Arroyo, pero que analiza otras cartas de su corta baraja, por si le falla la seleccionada.
Sin embargo, son tan pobres las imágenes de los prospectos presidenciales del PAN, que se busca la forma de potencializarlas y posicionarlas ante el electorado, mediante una bien estructurada planeación.
Esa será la labor que habrá de desarrollar Maximiliano Cortázar, nuevo vocero del PAN, quien para esos efectos dejó la Coordinación de Comunicación Social de la Presidencia de la República, una posición que le permitía una gran cercanía con el Ejecutivo federal.
La tarea que le fue encomendada a Cortázar no es sencilla, ni se advierte que él se encuentre capacitado para ejecutarla, pues sus resultados como estratega del hombre de Los Pinos no arrojaron los resultados esperados.
El posicionamiento del Presidente de la República no es el mejor, ni por mucho su imagen y el reconocimiento hacia la administración presidencial de Felipe Calderón muestran la mano del trabajo de Cortázar.
Contando con la gran cantidad de recursos que se pueden manejar desde esa posición y con la confianza del Presidente para disponer de ellos, poco es lo que pudo o quiso hacer el ex jefe de prensa de Felipe Calderón, por lo que los resultados son, simplemente mediocres.
En su nueva posición, los dineros que habrá de manejar no se acercan en forma mínima a los que dispuso en la posición dejada, por lo que tendrá que contar también con ingenio y demostrar que los amigos que hizo en su paso por la oficina de la Presidencia de la República, lo son realmente.
Tampoco el material con el que cuenta la baraja panista con vistas a la sucesión de Felipe Calderón Hinojosa es un material fácil de posicionar y desplazar hacia el ciudadano común que es el que acude a las urnas y sufraga, en su mayor parte, no por la ideología, mucho menos por la oferta electoral, sino lo hace en razón de la simpatía que proyectan los candidatos que buscan la posición.
La baraja panista habla de los secretarios de Hacienda, Ernesto Cordero; Trabajo, Javier Lozano; Desarrollo Social, Heriberto Félix; Comunicaciones y Transportes, Juan Molinar, la diputada Josefina Vázquez y el senador Santiago Creel, como los principales prospectos.
Existen otros, situados con menos posibilidades, entre los que se ubica al diputado Francisco Ramírez Acuña, el gobernador Juan Manuel Oliva y más alejado al ex dirigente nacional del PAN, Manuel Espino.
Ninguno de los mencionados ganaría un concurso de simpatía, ni mucho menos de popularidad. Se trata de políticos, cuyo crecimiento se originó recientemente y del que los electores conocen poco o nada.
Si acaso, Vázquez, Creel y Lozano podrían rebasar el anonimato. La primera por el reconocimiento de haber pasado por dos secretarías (Desarrollo Social y Educación Pública), sin grandes complicaciones. El segundo, por su intento de convertirse en candidato presidencial hace cinco años y por su paso por distintos cargos, algunos con éxito y otros simplemente anodinos. El tercero por su estilo belicoso y por los enfrentamientos verbales sostenidos con diversos actores de oposición.
Sin embargo, ninguno de ellos encuentra, todavía, la manera de entusiasmar a las máximas figuras de su partido que van desde el propio Presidente de la República, pasando por los consejeros y los otros órganos y filtros que deberán pasar aquellos que pretendan disputar la candidatura presidencial.
Un elemento fundamental para todos aquellos aspirantes será lo que ocurra a finales de año, cuando se defina si César Nava se queda en el partido o llega una nueva figura a dirigirlo.
El que, sin recato de ninguna clase, muestra el respaldo con que cuenta, es el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador, quien nuevamente busca competir por la Presidencia de la República.
Cíclicamente, el ex jefe de gobierno del Distrito Federal convoca a sus seguidores al Zócalo de la ciudad de México, donde repite un discurso que por la constancia del mismo va permeando entre la ciudadanía y con todo y las críticas que genera le abona puntos a su favor.
El problema que enfrenta el ex candidato presidencial es que ahora tiene en Marcelo Ebrard un competidor serio, con respaldo económico y político, por lo que será difícil que encuentre el resquicio por el que pueda conseguir la candidatura única de la izquierda.
Con todo y sus concentraciones masivas, la muestra del respaldo en los estados, su recorrido por todo el país, las circunstancias actuales son diferentes a las del 2006, y por ende, su candidatura y posibilidades de triunfo son menores que en aquella ocasión, donde se quedó a menos de un punto de gobernar el país.
Por lo pronto, López Obrador usó la concentración para anunciar que su movimiento participará en la contienda presidencial del 2012 y dejó en claro que con o sin el respaldo de los partidos de izquierda, el camino hacia su candidatura presidencial ya se inició y convocó a sus seguidores a fomentar el crecimiento de sus bases para contar con el respaldo suficiente en la jornada comicial que se desarrollará en dos años más.
Eso sí, dejó en claro que no cuenta con recursos económicos ni con el apoyo de los medios para lograr su propósito, pero sí con el respaldo popular.