Focos rojos
¬ Augusto Corro martes 6, Ene 2015Punto por punto
Augusto Corro
En este año se realizarán las elecciones más complejas y concurridas, suponemos, de los últimos tiempos en México.
Debutará el Instituto Nacional Electoral (INE) en la coordinación de los comicios, en los que ya podrán participar candidatos ciudadanos, por una parte. La competencia electoral se realizará en medio de una crisis política en estados como Guerrero y Michoacán. En estas entidades, la violencia y la delincuencia organizada no auguran la realización tranquila de los comicios.
En Guerrero, la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa alteró la estabilidad de los partidos políticos.
El Partido de la Revolución Democrática (PRD) resultó el más afectado por su vinculación directa con el presidente de Iguala, José Luis Abarca Velázquez, autor intelectual, según las autoridades, de la agresión a los estudiantes.
No hay que olvidar que el ex gobernador Ángel Aguirre también recibió el apoyo perredista para alcanzar el poder estatal.
El aspirante amarillo para la gubernatura, Armando Ríos Píter, casi desapareció del escenario político por la debacle del PRD en Guerrero.
Por el momento es difícil saber si para junio próximo la entidad mencionada ya cuenta con la tranquilidad necesaria para las elecciones. El panorama se ve difícil. Desde la llegada del gobernador Rogelio Ortega Martínez, en Guerrero desapareció la gobernabilidad.
En general, la llamada izquierda mexicana, incluido el partido Morena, no logró superar las críticas debido a los lazos de Andrés Manuel López Obrador con Lázaro Mazón, el maestro y socio del alcalde de Iguala. El Partido Acción Nacional (PAN) no cuenta en Guerrero. Y el PRI en dicha entidad no vive sus mejores momentos.
Los focos rojos guerrerenses se encuentran activados, no solamente por el caso de los normalistas de Ayotzinapa, sino también por la influencia de la narcodelincuencia en la política de aquella entidad.
Las bandas criminales lograron infiltrarse en los gobiernos municipales y la gran tarea de las autoridades electorales consistirá en examinar y aprobar a candidatos con expedientes limpios. ¿Se logrará?
EN MICHOACÁN
En Michoacán también se encuentran activos los focos rojos. La espiral de violencia no cede y los políticos solo se mueven para satisfacer sus ambiciones personales.
Tras el fracaso rotundo de los partidos políticos en esta entidad, las próximas elecciones de junio reflejan una total incertidumbre.
El PAN ya se fue por el camino más práctico y destapó a Luisa María Calderón Hinojosa, como la aspirante a la gubernatura michoacana, quien ya compitió en las elecciones pasadas y perdió frente a Fausto Vallejo, un priísta que gobernó en el caos. A la panista le tocaría enfrentar al candidato perredista, Silvano Aureoles Conejo, un político gris con el que simpatizan algunos priístas.
La interrogante que se plantea es ahora es en relación con las posibilidades de triunfo de la señora Calderón. Porque si no pudo ganar las elecciones con el apoyo de su hermano Felipe cuando era presidente, menos posibilidades tendrá de lograr su propósito en estos tiempos tan confusos en la tierra de Lázaro Cárdenas.
La compleja situación que se vive en Michoacán no tiene para cuándo terminar.
Los partidos políticos como el PRD o el PRI no representan ninguna opción positiva para el electorado.
Podría considerarse el turno en el poder para Acción Nacional; pero los blanquiazules no saben gobernar: Vicente Fox y Felipe Calderón Hinojosa son los ejemplos más claros de ineptitud política.
Las administraciones perredistas con Lázaro Cárdenas Batel y luego con Leonel Godoy sirvieron como base para el incremento de la delincuencia organizada. Primero con La Familia Michoacana y después con Los Caballeros Templarios. Les sucedió en el cargo el priísta Fausto Vallejo y su equipo vinculado con el cártel de Los Templarios, encabezados por Servando Gómez Martínez La Tuta.
En el presente, Michoacán vive una lucha cruenta protagonizada por las denominadas autodefensas que cobijan a ciudadanos honestos, así como a personas relacionadas con las bandas criminales. También en esta entidad, el mandatario estatal Salvador Jara hace un triste papel de figura decorativa. No pudo llevar la tranquilidad a los michoacanos.
A PRISIÓN
La perredista María de los Angeles Pineda Villa, esposa del ex alcalde de Iguala, José Luis Abarca, fue recluida en el penal federal de Nayarit.
La ex presidenta del DIF fue puesta a disposición de un juez federal, como presunta responsable de delincuencia organizada, luego de cumplir un segundo arraigo de 20 días.
A María de los Ángeles se le señaló como operadora del cártel Guerreros Unidos, presuntos responsables de la desaparición de los 43 normalistas. Por otra parte, José Luis Abarca Velázquez, ex presidente municipal de Iguala, se encuentra preso en el penal del Altiplano.