Perdedores útiles
Ramón Zurita Sahagún martes 20, Jul 2010De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
El 3 de julio del año 2000 saltaron voces que pedían la instalación de Francisco Labastida Ochoa como presidente nacional del PRI, para iniciar la reconstrucción del partido.
Los priístas habían sufrido su primera derrota en una elección presidencial y consideraban que el cúmulo de votos obtenido por su candidato presidencial lo hacía merecedor de asumir el liderazgo nacional.
Surgieron voces más tranquilas que exigieron que la reconstrucción del partido y la nueva fisonomía que debía presentar se construyeran con la misma estructura que había sido desdeñada durante la campaña electoral.
Como siempre había ocurrido dentro del partido tricolor en las campañas presidenciales, se construían dos estructuras, paralelas, para el accionar de la campaña presidencial, una formal y otra real.
La formal era relegada, regularmente, operando la real, donde se insertaba a los personajes cercanos al candidato en turno, los que, a partir del triunfo en las urnas adquirían mayor relevancia.
De esa estructura salían los futuros secretarios de despacho y quienes asumían las principales posiciones del gabinete o eran lanzadas a las candidaturas de elección popular, senadores, diputados y gobernadores.
En la estructura formal, se quedaban los dirigentes, el presidente y secretario general y otras posiciones menores, los que no eran tomados en cuenta para las estrategias de campaña, ni para los programas sexenales. Eso sí, recibían su recompensa al formarse los equipos de trabajo en la administración pública.
Eso mismo ocurrió en aquel inicio de la década, cuando la dirigente formal, Dulce María Sauri Riancho, fue hecha de lado y otros personajes tomaron el control de la campaña y del partido.
Por eso, se decidió que ella debía quedarse al frente del partido y reagrupar los dispersos priístas que desde ese entonces torpedean su propio partido, cuando son, a su entender, desplazados de las posiciones que pretenden.
La fórmula no operada hace diez año se reactivó, luego de que el partido tricolor perdiera tres importantes gobiernos estatales en los comicios del 4 de julio.
Eviel Pérez Magaña fue el primero de los tres candidatos derrotados que asumió la presidencia estatal de su partido, para prepararlo en dos vertientes, como partido opositor que plantee demandas y se mantenga contestatario al entrante gobierno de Gabino Cué Monteagudo e inicia la reestructuración del partido y su preparación para los comicios federales del 2012.
Pérez Magaña no respondió a las expectativas en él depositadas y fue superado ampliamente en las urnas por un candidato sólido que tenía trabajado el estado con seis años de antelación, además de contar con un discurso estructurado y un gran frente opositor, compuesto por los partidos Acción Nacional, del Trabajo, de la Revolución Democrática y Convergencia y que recibió de última hora el respaldo de Nueva Alianza.
El trabajo de Eviel no es sencillo, ya que se trata de que la ciudadanía recupere la confianza en su partido, sin importar que ese mismo electorado fuera el que le negó el respaldo apenas un par de semanas antes.
La misma fórmula pretende aplicarse en Puebla, donde el candidato priísta siempre fue visto como pequeñito y como una clara imposición del gobernador Mario Marín Torres que el electorado rechazó en las urnas, de forma manifiesta.
Javier López Zavala mostró que era un candidato sumamente débil, que no reunía el perfil para convertirse en candidato y favorito para gobernar uno de los principales estados del país. El “delfín” de Mario Marín carecía de un buen discurso y contaba con una torpeza manifiesta de la que dejó constancia durante el debate en que se mostró homofóbico y sin argumentos en varios de los temas tratados.
La intención del gobernador Marín Torres es la de dejarlo sembrado como dirigente estatal del tricolor, para mantener el control del partido, aunque éste se encuentre sumamente disminuido.
En Sinaloa, la estrategia no funcionó, ya que el candidato perdedor, Jesús Vizcarra Calderón, se negó desde un principio a participar en esta comedia. El alcalde de Culiacán es un hombre de amplios recursos económicos que no vive de la política y que prefiere mejor reencauzar sus negocios, luego de la mala experiencia vivida.
Sin embargo, el método priísta cuenta, por lo pronto, con una entidad en la que será ensayado y dentro de dos años se sabrá que tan efectivo fue.
*El pasado fin de semana contrajeron nupcias dos diputados federales, ambos militantes del PRI y cuyo amor se gestó en la Cámara de Diputados.
Carolina Viggiano Austria, dos veces diputada federal y quien representaba para los priístas una de sus cartas fuertes para el gobierno de Hidalgo, y Rubén Moreira Valdez, líder estatal del PRI en Coahuila, presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados y el más sólido aspirante a la candidatura del tricolor a gobernador en aquella entidad, formalizaron su relación.
*El baño de sangre acrecentado por una serie de hechos violentos en las semanas recientes registró un fin de semana trágico en varias entidades del país.
Lo peor se vivió en Ciudad Juárez, Chihuahua, donde el jueves se registró un acontecimiento, hasta entonces inédito, el estallido de un coche-bomba, en el inicio del largo fin de semana.
La madrugada del domingo, en las cercanías de To/rreón, Coahuila, otra masacre, de las que parecen ya una costumbre en esa población, donde 19 personas fueron asesinadas durante una fiesta, mientras que en Navolato, Sinaloa, fueron encontrados ocho cadáveres y en Cuernavaca, Morelos, un par de casas fueron atacadas con granadas de fragmentación, sin dejar de lado lo ocurrido en otras ciudades del país, en una expresión de la constante violencia que asuela al país.
*Finalmente, fue Cuauhtémoc Cardona el seleccionado para ocupar la vacante de secretario de Gobierno en Baja California, luego de la renuncia de Francisco Blake Mora, quien se incorporó a la administración pública federal en su carácter de secretario de Gobernación.