Una radiografía perredista
¬ Augusto Corro miércoles 19, Nov 2014Punto por punto
Augusto Corro
El senador Alejandro Encinas planteó la necesidad de refundar al Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Claro, para lograrlo, debe renunciar Carlos Navarrete, el recién ungido presidente del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) perredista.
El líder moral de ese organismo político, ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, planteó la renuncia de Navarrete, como una medida para que su partido recupere la credibilidad política y el rumbo.
A partir del pronunciamiento cardenista surgieron múltiples voces solidarias, entre otras las del senador perredista, Alejandro Encinas, uno de los principales impugnadores de “Los Chuchos”, quienes encabezan la tribu Nueva Izquierda, que maneja al PRD.
El legislador se arrojó a la yugular de sus adversarios políticos al señalar que es necesario conocer el nivel de penetración que tuvo el crimen organizado y el ex alcalde de Iguala, José Luis Abarca, en la estructura del PRD en Guerrero y a nivel nacional.
“En caso de identificarse a otros militantes, dirigentes o no, vinculados con grupos delictivos sean investigados y sancionados conforme a la ley, la pasada dirigencia nacional tiene que asumir su responsabilidad y el primer paso es el de contribuir a la investigación”, dijo el senador, durante una entrevista radiofónica.
“No queremos candidatos como (José Luis) Abarca que llegó al PRD por su dinero y sus complicidades, y no por sus capacidades o vocación de servicio con una ideología de izquierda”, añadió.
Compartió la opinión del ingeniero Cárdenas en el sentido de que el PRD se encuentra en la peor crisis de su historia y un proceso que ya no es de confrontación interna, sino de descomposición política y una degradación que lo ha divorciado profundamente de la sociedad.
UNA HISTORIA TRUCULENTA
En el pasado reciente, el PRD se vio envuelto en otro escándalo, en el que participó directamente el ahora senador Alejandro Encinas.
En aquella ocasión ayudó a un diputado vinculado con el crimen organizado. Nos referimos a Julio César Godoy, hermano del gobernador de Michoacán, en ese entonces.
Como prófugo de la justicia, Julio César llegó a la Cámara de Diputados a rendir su protesta de ley. Entró al recinto parlamentario en la cajuela de un coche de una diputada y estuvo oculto en la oficina de Encinas, quien se desempeñaba como diputado.
Se confirmaron las relaciones del multicitado Julio César con Servando Gómez Martínez (a) “La Tuta”, fue desaforado y la policía lleva varios años en su búsqueda.
En Michoacán, en otra época un bastión de la izquierda, se multiplicaron las acusaciones contra los presidentes municipales de origen perredista por sus asuntos con la delincuencia organizada, primero con “La Familia Michoacana” y luego con “Los Caballeros Templarios”.
En la administración de Leonel Godoy el crimen organizado no encontró obstáculos que los frenaran y llegó al gobierno priísta de Fausto Vallejo Trejo, que terminó con la licencia al cargo, por motivos de salud.
Como dato “cultural” Rodrigo Trejo Mora (a) “El Gerber” fue detenido y enviado a la cárcel por sus nexos con “La Tuta”. Antes el gobernador interino, Jesús Reyna García, también fue acusado por sus relaciones con el citado el líder templario. Sigue en prisión.
LA CRISIS INTERNA
La crisis interna que vive el (PRD) ayudará a definir la situación actual de la llamada izquierda mexicana.
La razón es sencilla, el partido del sol azteca tocó fondo debido a su contubernio político con el alcalde de Iguala, Guerrero, José Luis Abarca Velázquez. El presidente municipal fue señalado como el autor intelectual de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
Luego de esos lamentables hechos, se iniciaron las condenas contra el mencionado funcionario y el gobernador guerrerense Angel Aguirre Rivero, ambos de extracción perredista.
El repudió alcanzó al PRD por la protección y apoyo que brindó a los mencionados políticos para llegar al poder.
En el caso de Abarca Velázquez, la cúpula perredista no tuvo empacho alguno en abrirle la puerta del partido, a pesar de sus vínculos con la delincuencia organizada.
Como nunca, la izquierda mexicana representada por el PRD mostró su lado más oscuro durante los días siguientes a la tragedia de los normalistas. Al alcalde lo ayudaron a huir y al gobernador lo protegieron hasta el último momento.
La senadora Dolores Padierna dijo que Jesús Zambrano, ex dirigente nacional del PRD, se reunió con Abarca Velázquez, ex presidente municipal de Iguala, para planear su fuga. Por otra parte, la captura del munícipe y su esposa, se llevó a cabo en Iztapalpa, un bastión del partido amarillo.
En fin, las palabras del líder moral, ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, son claras: “Yo no sé si ya toco fondo (el PRD) pero en todo caso es la peor situación que se ha vivido”.