Presidenciables
Ramón Zurita Sahagún lunes 12, Jul 2010De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Los comicios del pasado 4 de julio sirvieron como un gran referente para medir la intensidad de los enlistados para las candidaturas presidenciales que habrán de presentar los partidos políticos en el proceso electoral del 2012.
Encartados y descartados, los políticos dieron un paso adelante en sus aspiraciones, los menos, y varios pasos atrás, los más, reduciendo la amplia lista en la que algunos se anotaron por deseo propio y otros han sido mencionados basado en sus logros, popularidad, carisma y destreza.
Son varios los personajes que resultaron afectados por el tsunami electoral que ahogó las aspiraciones de algunos que sufrieron una fuerte embestida por las gigantescas olas provocadas por esta marejada.
Amalia García Medina, la única mujer considerada, aunque escasas, con posibilidades de insertarse en la lucha por la candidatura presidencial del Partido de la Revolución Democrática, tendrá que olvidarse de ellas, toda vez que la pérdida del gobierno zacatecano por parte de su partido se originó por dos acciones atribuibles a ella: un mal gobierno y la terquedad de sembrar al candidato del sol azteca.
El resultado es de todos conocidos, su “delfín” (Antonio Mejía Haro) fue apabullado en las urnas al son de dos a uno por el candidato neopriísta, Miguel Alonso Reyes, el que fue respaldado en gran forma por activos perredistas.
De Beatriz Paredes Rangel, presidenta del PRI, ya habíamos dado cuenta que resulta ser una de las grandes damnificadas con el resultado electoral que llevó a la pérdida de Puebla, Oaxaca y Sinaloa, confirmando con el triunfo en Tlaxcala que ella fue responsable de que el PRI perdiera en 1998 y 2004 esa plaza, en la que mantiene su fuerza.
Fidel Herrera Beltrán, gobernador de Veracruz, es otro de los damnificados, aunque su reto es todavía mayor y en él cifra las esperanzas de no ser descartado de la sucesión presidencial o, cuando menos, de la lucha por la dirigencia nacional del PRI. El “Tío Fide” como gusta de ser llamado por sus paisanos, deberá salir indemne de las acusaciones en su contra y mostrar que el candidato del PRI, Javier Duarte de Ochoa, ganó en forma limpia los comicios.
Carlos Navarrete Ruiz es un perredista que perdió el suelo cuando fue designado presidente del Senado de la República y se autoincluyó como aspirante presidencial, sin que nadie lo tomara en serio. El proceso electoral del pasado cuatro de julio lo marginó totalmente al definirse que la candidatura de su partido (PRD) estará solamente entre dos personajes sumamente identificables.
Otra mujer que resulta damnificada por el resultado de los comicios del cuatro de julio es la coordinadora de los diputados del PAN en la LXI legislatura federal, Josefina Vázquez Mota, a la que le ven amplias posibilidades de convertirse en abanderada del PAN y hasta de una coalición entre ese partido y los de izquierda. Josefina se hace la remolona, ya que su idea es encabezar una revuelta al interior de su partido como lo hizo Felipe Calderón hace cuatro años y vencer la resistencia del Presidente de la República a que encabece al partido blanquiazul en las urnas. Josefina se siente presidenciable, pero hay quienes la ubican en el Estado de México.
Pero si hay varios políticos afectados con los resultados electorales, también existen los beneficiados de uno u otro partido, los que ampliaron sus posibilidades para convertirse en candidatos presidenciales para la elección del 2012.
El que primero aprovechó la coyuntura fue el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador, oportuno como siempre advirtió una rendija y por ella coló que busca partido que lo respalde para su candidatura presidencial, la que va en descenso debido a varias malas decisiones de su parte. Y aunque más tarde rectificó, dejó en claro que él será candidato, sin importar si lo es de toda la izquierda o de solamente uno, dos o tres de los partidos que la integran.
Marcelo Ebrard Casaubón no se quedó atrás y respaldado por los resultados electorales saltó al ruedo con sus aspiraciones y la patente que le da el ser impulsor de las alianzas entre izquierda y derecha, de la que se autonombra padre Manuel Camacho Solís, el mismo que se arroga la paternidad política de Marcelo.
Enrique Peña Nieto refrenda su condición de favorito para la candidatura del PRI y el triunfo en las urnas, sin que le perjudique el que algunos tratan de ubicarlo como uno de los grandes derrotados de esos comicios del cuatro de julio. Lo que si queda en claro es que Peña Nieto tendrá que redoblar acciones y elegir con tiento al candidato priísta, ante los amagos de una posible alianza opositora en esa entidad.
Manlio Fabio Beltrones Rivera es uno de grandes ganadores del proceso electoral en 15 estados, donde cuatro personajes cercanos a su círculo (Aguascalientes, Chihuahua, Sinaloa y Tlaxcala) resultaron electos gobernadores y otros más rescataron una difícil plaza como Baja California, donde el PRI no conseguía ganar todos los ayuntamientos desde la década de los 70.
Desdeñado dentro de su partido, Santiago Creel Miranda jugó con los resultados electorales para mostrar un rostro distinto y convertirse en promotor de una gran alianza electoral para el 2012, con él, lógicamente, a la cabeza de la misma.
Pero si estos personajes resultaron impactados en mayor o menor grado por los resultados electorales, hay otros a los que simplemente les pasó de noche y son aquellos que se encuentran insertos en la administración pública federal y solamente por ese hecho forman parte de la baraja de presidenciable: Los secretarios de Hacienda, Ernesto Cordero; Trabajo, Javier Lozano Alarcón; Desarrollo Social, Heriberto Félix Guerra y Educación Pública, Alonso Lujambio.