Democracia
Ramón Zurita Sahagún martes 17, Jun 2014De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
La segunda vuelta electoral en Colombia mostró la madurez ciudadana y política de esa nación, donde el candidato perdedor reconoce de inmediato su derrota y no le dan tantas vueltas al resultado.
Es cierto que las condiciones son distintas a las de México, ya que en aquella nación como en otras más de Latinoamérica se permite la reelección y fue precisamente el actual Presidente el ganador de la contienda. Juan Manuel Santos Calderón tuvo que ir a una segunda jornada electoral para conseguir un nuevo mandato, ya que en la primera oportunidad no alcanzó el 50 por ciento más uno necesario para no ir a la segunda vuelta.
Incluso, en esa primera jornada electoral fue relegado al segundo sitio de las preferencias, por debajo del 30 por ciento de los votos emitidos en esa ocasión.
Para la celebración de la segunda vuelta, las casas encuestadoras daban ventaja al candidato opositor Óscar Iván Zuluaga Escobar, el que en los primeros comicios se había situado un par de puntos por encima de Santos. Algunos hasta llegaron a aventurar que Zuluaga Escobar ganaría cómodamente por una diferencia entre cinco y ocho puntos porcentuales.
En los hechos no sucedió así, ya que Santos Calderón fue el que ganó, se puede decir, holgadamente por esos cinco puntos de diferencia sobre Zuluaga Escobar.
Con todo y que los pronósticos lo favorecían, el propio Óscar Iván Zuluaga reconoció el triunfo del Presidente Juan Manuel Santos y con ello culmina este proceso que llegó a tensar la política colombiana.
Comparando los comicios de Colombia y de otros países de América con los proceso electorales de México, vemos el gran avance democrático alcanzado, donde los resultados electorales son reconocidos de inmediato por los candidatos derrotados, algo que en México nuestro políticos siguen resistiéndose a hacer, estirando la liga hasta lo máximo, negando los resultados.
En Colombia como en la mayoría de las democracias estaban en juego dos proyectos distintos, el del Presidente Juan Manuel Santos tendiente al proceso de paz, mediante el diálogo con la guerrilla y el de Óscar Iván Zuluaga que se oponía a ese diálogo.
Como ocurre en muchos sistemas democráticos, tanto Santos Calderón como Zuluaga Escobar formaban parte de un mismo equipo, el del entonces Presidente Álvaro Uribe.
Los dos desempeñaron un mismo cargo, el de Ministro de Hacienda y Crédito Público, aunque en administraciones distintas, Santos Calderón lo fue con el Presidente Andrés Pastrana y Zuluaga Escobar lo desempeñó en el gobierno de Álvaro Uribe.
Sin embargo, en la contienda solamente uno de ellos (Óscar Iván) recibió el respaldo del ex Presidente Uribe, así como del sector conservador del país, mientras que el otro (Juan Manuel) contó con el apoyo de una coalición de de centro-derecha, además de la izquierda.
En Colombia no sucedió lo que en otros países en donde algunos improvisados o empresarios con el respaldo económico suficiente se lanzan en busca del poder político, ya que los dos candidatos presentados en la segunda vuelta cuentan con una larga trayectoria política.
Santos Calderón, además de ser el Presidente en funciones fungió como Ministro de Hacienda, Ministro de Defensa y Ministro de Comercio Exterior con distintos Presidentes, César Gaviria, Andrés Pastrana y el ya mencionado Álvaro Uribe.
Zuluaga Escobar fue Ministro de Hacienda en el gobierno del Presidente Uribe y antes de eso senador de la República y alcalde de Pensilvania (Caldas), dos cargos de elección popular.
Ahora consolidado el triunfo de Juan Manuel Santos Calderón continuará el proceso de paz en Colombia, con las guerrillas representadas por el FARC y ELN, con el que se pretende terminar con un conflicto armado que en aquella nación suma medio siglo de existencia.
Siendo Colombia un país que en el pasado reciente vivía una explosiva y creciente violencia, resulta todo un ejemplo para los demás el cómo ha ido dejando atrás esos graves riesgos y hoy se dispone a entrar en un proceso de negociación de paz, para conseguir el bienestar de la población. Qué lejos parecen aquellos tiempos en que se alertaba sobre la posibilidad de que México se colombianizara, hoy la situación se presenta a la inversa, ya que es México el país que vive una inseguridad y violencia creciente que no se ha podido detener, con todo y el cambio de estrategias, nuevas proyecciones y el envío de activos militares a las zonas de más riesgo.
Solamente unos ejemplos para constatar la difícil situación que se vive en algunos estados del país, se encuentra el secuestro y asesinato de un dirigente priista en Guerrero, los 15 cadáveres de personas encontrados en Sinaloa hace unos días, los focos rojos que se mantienen en Michoacán y Tamaulipas, con todo y la presencia de las fuerzas armadas. Es cierto que se han reducido en algunas zonas del país los índices de violencia, pero también que en otros se mantiene latente.
CERO IMPUNIDAD
Ante los insistentes señalamientos que vinculan a uno de los hijos del gobernador Michoacán, Fausto Vallejo Figueroa, con el crimen organizado, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, clarificó que no habrá impunidad.
Cero impunidades aclaró y dijo que en caso de encontrar elementos que vinculen a Rodrigo Vallejo Mora con el crimen organizado se procederá en su contra.
Pero no solamente con él, sino con toda aquella persona o funcionario que se encuentre involucrado en algún ilícito o vinculado a organizaciones criminales, sin importar la clase que sea. Sobre la imagen de Rodrigo Vallejo que circula por las redes sociales, se debe establecer si es real, dijo el titular de la Segob.