Como cangrejos
¬ Juan Manuel Magaña jueves 12, Jun 2014Política Spot
Juan Manuel Magaña
Hablamos en una entrega anterior de la abrumadora crítica que se hace del exterior hacia México, particularmente en materia de seguridad, economía y pobreza.
En esas tres cosas sí que están los rasgos que definen el verdadero rostro actual de México.
Una de las críticas más corrosivas fue la del ex presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, quien dijo “me fui a enterar (de los fundamentos económicos mexicanos) y todo es peor que en Brasil. Lo que hacen mejor, nosotros ya lo hicimos con Petrobras hace 20 años. No hay ningún indicador comparable a los nuestros”.
Ante ello el titular de la Secretaría de Hacienda, Luis Videgaray, tuvo que responder. De entrada estableció que:
“No es lo más constructivo entrar en la polémica con un ex presidente”, pero tuvo que polemizar: “si vemos los indicadores financieros, si vamos a las tasas de interés, a las calificaciones de la deuda, a la inflación, por supuesto que tenemos indicadores más robustos en el caso de México”
Videgaray por supuesto eligió los indicadores que le permitían armar una respuesta. Pero tan sólo pasaron unas horas para que, otra vez desde el exterior, le recordaran al secretario que “la economía mexicana se encuentra en una fuerte desaceleración”.
Para el Banco Mundial (BM), ese es el verdadero momento que vive México, según en reporte publicado este martes. Es información no opinión lo que contiene el reporte que, basado en mediciones, pronostica que nuestro producto interno bruto (PIB) crecerá apenas 2.3 por ciento este año.
Es decir, menos ya de la previsión de la propia Secretaría de Hacienda y Crédito Público, ya revisada a la baja el mes pasado, de 2.7 por ciento.
Asimismo, el pronóstico publicado ayer por el BM, es menor en 1.1 puntos porcentuales al de 3.4 por ciento que mantenía hasta antes de la divulgación del reporte.
Y se agrega que los países en desarrollo de América del Norte y América Central experimentaron una fuerte desaceleración encabezada por México, en medio de una menor demanda global y una recesión en el sector de la construcción.
Hay que recordar que al inicio de este año la SHCP anticipaba un crecimiento del PIB de 3.9 por ciento para 2014. En mayo pasado, después de conocido el desempeño durante el primer trimestre, ajustó el pronóstico a 2.7, mientras el Banco de México lo calcula en un rango de 2.3 a 3.3 por ciento.
Hay que decir que con estos datos no es que el exterior esté empecinado en vernos mal y en hacerle la vida pesada a un secretario mexicano. Porque también acaban de salir más cifras, pero ahora del interior.
Ahora sí que, como gusta decir a los analistas financieros, “en línea con” el Banco Mundial, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) acaba de informar que la actividad industrial en México mantuvo su aletargamiento en el cuarto mes de este año al registrar una contracción anual de 0.6 por ciento, influenciada por el efecto de la Semana Santa que en 2014 ocurrió en abril.
El organismo indicó que la caída anual de la actividad industrial en México fue la primera que se reporta en el transcurso de 2014, influida por descensos de 2.6 por ciento en la construcción, la cual lleva 17 meses consecutivos en contracción; de menos 0.1 por ciento en el conjunto de las industrias manufactureras, el primer descenso anual en 10 meses, mientras la producción de la minería, petrolera y no petrolera retrocedió 0.1 por ciento.
Como se ve, aquí ya se trata de datos duros que pintan una realidad, no de críticas o discursos. Una verdad que no se está asumiendo y que para muchos es la vieja experiencia, el viejo camino de la negación que desemboca en una crisis. ¿Por qué no mejor decir las cosas como son?