Los evangélicos y los partidos
Francisco Rodríguez jueves 29, May 2014Índice político
Francisco Rodríguez
Hubo quienes, antes de la elección panista quisieron reventar por dentro al Partido Acción Nacional. Tenían por objeto, no sólo su pulverización y pérdida de registro —que militantes le faltarían ahora para obtenerlo—, sino convertirse en los “ganones” haciendo, de lo que quedara, un nuevo partido, cuyo registro les prometieron los nuevos funcionarios de la quinta columna del INE. (No creo que el hijito de Arnaldo Córdova esté entre ellos).
Parece que la idea es recalcitrar el contenido derechista de los grupos que queden, haciendo un amasijo de doctrinarios-sinarquistas-guadalupanos, donde no tuvieran cabida ni los saldos de los bárbaros del norte, tipo Gustavo Madero y ad lateres.
La idea no está jalada de los pelos.
Más, si se toma en cuenta a los que conspiran tras bambalinas, como el famoso “padre de la patria” Manuelito Camacho, que se cuelga de cualquier ganchito, ya que lleva 20 años no sólo en el ostracismo, sino en el engaño de Salinas y su coro de prestidigitador que ya lo volvieron loco de atar.
Entre otras, la propuesta de Camacho consistía en endilgarle al PAN al grupo de pastores evangélicos, a través de Marcelo Ebrard, Hugo Erick Flores y Federico Escobedo, que daban cómo hecho conseguir el registro para el fantasmal Partido del Encuentro Social —cueva de ociosos y vividores— y ya hasta tenían el visto bueno de Valdés Zurita, ex del desaparecido IFE… pero ya se les cayó.
Pese a su tamañito, el PAN es duro.
Y es que entre sus planes estaba el amancuernar a Felipe Calderón con la carnada de que su esposa Margarita, la del eterno rebozo, puede ser la candidata triunfante del 2018, recuperando los surcos que sembró Chepina la del Dios, “Hazme viuda por favor”. ¡“Hágame el rafabrón cavor”!
LA MIGA, LA SUS$TANCIA
A pesar de que Ernesto Cordero es un mal perdedor y es un perdedor crónico, mal hizo el PAN en poner como árbitro de la contienda interna a un sujeto como Francisco Gárate Chapa, con una fama labrada durante décadas de nego¢iar en lo o$curito las presidencias municipales más importantes del Estado de México.
Para perder, Cordero no necesitaba guajes.
EN REBANADAS
Más allá de coordinadores de la campaña de Gustavo Madero, el mal fario estuvo presente en los resultados de la interna blanquiazul de hace unos días.
No hay por qué “cebarse” con la suerte de nadie, pero de plano existen personas que yo no sé por qué creen que pueden servir como candidatos a algo.
El caso emblemático —aunque hay muchos, éste es el más reciente— es precisamente Ernesto Cordero, quien no es capaz de ganar ni la casilla donde viva, aunque cuente con grandes apoyos de gente que aún no me explico qué le ven.
Él mismo se ha encargado de forjar a riñón una imagen de perdedor, y lo que es peor, de mal perdedor. No pudo ganar la interna del PAN en 2011, ni con el apoyo de todo el dinero del erario, ni con el de todos los gobernadores de su partido. No pudo ser coordinador de los senadores blanquiazules. No pudo ganarle a Madero, debido, entre otras cosas, a su torpeza política, de querer impedir que los gobernadores del PAN tuvieran sus propias preferencias políticas.
Eso de amenazar con pedir la renuncia de los gobernadores, fue una rabieta de mal perdedor.
No es posible que este singular chaparrito piense así, de verdad, no es posible.
Lo inexplicable, es que Margarita Zavala, mujer de colmillo, creyera que adelantándole su apoyo, iba a lograr ser la pluri número uno del PAN y que el chiquitito le aseguraría ese compromiso.
Inexplicable. Lo único lógico es que lo hayan rebanado, ¿a poco no?