Dos alternativas
Ramón Zurita Sahagún lunes 26, May 2014De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
De los nueves estados que renovarán su Poder Ejecutivo estatal el año próximo, Nuevo León está considerada la principal joya electoral, a la que se abocarán los dos principales partidos políticos.
Aunque el PRD y la izquierda en general harán su mejor esfuerzo por competir en esta contienda, serán el PRI y el PAN los que diriman en las urnas la victoria de su candidato.
El PRI se mantiene en el gobierno desde la época posrevolucionaria, con la salvedad de un sexenio (1997-2003) en que gobernó el PAN, pero lo hizo tan mal que permitió el pronto regreso del tricolor.
Esa misma razón es la que alienta al partido blanquiazul a ver una nueva oportunidad para administrar el estado, ya que los dos gobiernos que le sucedieron, el de J. Natividad González Parás y el de Rodrigo Medina de la Cruz, han sido catalogados como similares o, incluso peores que el de Fernando Canales Clariond.
De acuerdo con algunos sondeos y mediciones que se han realizado en esa entidad, con vistas a los comicios del año próximo, la votación sería cerrada, pero con margen de ventaja para el candidato que proponga el PAN.
Hay molestia entre la población de Nuevo León por los malos gobiernos de los últimos 12 años, los que han permitido que la violencia se haya enraizado en todo el estado, sin que se advierta esfuerzo alguno para frenarla. Es cierto que la federación concurre con ayuda, pero los brotes violentos continúan y cuando parece que se encuentra controlada, surge otra cadena de eventos delictivos.
Nuevo León no está al margen de la presencia del crimen organizado y se ubica en el top 10 de los estados con mayores índices de violencia, con algunos hechos sobresalientes que rebasan lo sucedido en otras entidades del país.
La violencia se avecindó en Nuevo León durante la administración del panista Fernando Canales Clariond, pero se acrecentó con el regreso del priísmo a la administración estatal.
González Parás no pudo frenarla y con Rodrigo Medina se multiplicó por todo el estado.
Ahora, con la contienda estatal en puerta, el tema de la inseguridad será sumamente recurrente durante las campañas electorales.
Mencionábamos que la disputa será entre el partido tricolor y el blanquiazul, ya que la izquierda está prácticamente borrada de esta batalla electoral, por no contar con un nicho de votantes, pero tampoco con candidatos atractivos que realicen labor de profundo proselitismo y se encuentran en el ánimo del electorado.
Los priístas cuentan con una larga cadena de aspirantes que van desde las tres senadoras, un par de diputados y un secretario del gabinete presidencial, entre otros presuntos.
También hay personajes que fueron diputados o formaron parte de la estructura administrativa del gobierno federal, pero se les conceden menos posibilidades.
En realidad las alternativas priístas se basan en dos personajes que han representado al estado en el Congreso federal.
Los dos se encuentran sumamente posicionados y la definición podría darse en función de la equidad de género, de acuerdo a cómo se vayan a manejar las candidaturas en los restantes ocho estados en contienda.
Ildefonso Guajardo Villarreal, secretario de Economía, y Cristina Díaz Salazar, senadora y secretaria general del sector popular del PRI, son los más adelantados en la carrera por la nominación tricolor al gobierno de Nuevo León y se calcula que en uno de ellos recaerá la responsabilidad de conservar la gubernatura para el PRI.
Guajardo Villarreal ha sido en dos ocasiones diputado federal y en otra más diputado local, además de colaborar en el gobierno federal como subsecretario de Turismo y oficial mayor de la Secretaría de Relaciones Exteriores. Díaz Salazar tiene más presencia entre el electorado, ya que tiene una gran carrera partidista, siendo presidenta estatal del PRI, secretaria general y presidenta nacional del mismo partido y secretaria general de la CNOP, además de tres veces diputada federal, una más como diputada local y alcaldesa de Guadalupe, ye senadora, cargo en el que se encuentra actualmente. Mencionábamos lo de la equidad de género, ya que el PRI es el partido auspiciador de que el Congreso se conforme con las candidatura de un 50 por ciento de hombres y otro tanto de mujeres, por lo que querrá predicar con el ejemplo en todos lados.
Los panistas cuentan también con una larga lista de nombres de aspirantes a la candidatura al gobierno del estado, en la que se inscriben representantes populares, tanto locales como federales.
Sin embargo, hay dos nombres que destacan por sobre todos los demás. Como en el caso de los priístas, se trata de un hombre y de una mujer.
Margarita Alicia Arellanes Cervantes, alcaldesa de Monterrey, es la mejor posicionada, aunque enfrenta el embate de sus detractores internos.
La carrera política de Arellanes Cervantes no es amplia, ya que se trata de una mujer joven que antes de la disputa por la alcaldía, solamente había fungido como delegada federal de la Secretaría de Desarrollo Social en el estado. Con una carrera política y partidista más amplia, Felipe de Jesús Cantú Rodríguez es el otro aspirante posicionado por el partido blanquiazul.
Diputado federal, diputado local y alcalde de Monterrey, son algunos de los cargos de elección popular por los que ha desfilado. Pertenece al PAN desde 1983 y ha sido consejero nacional y miembro del Comité Ejecutivo Nacional.
Aquí no procede tanto la equidad de género, por lo que el PAN buscará su mejor carta para intentar rescatar la preciada joya electoral que estará en disputa en 2015 y que por razones de mal gobierno dejaron ir y por las mismas podrían recuperarlo.