Madero y Cordero, en la recta final
Roberto Vizcaíno martes 22, Abr 2014Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- El chihuahuense considera que el Pacto por México significó todo un triunfo para el PAN
- Cordero, por su parte dice que este acuerdo implicó la sumisión de su partido al gobierno
- Uno y otro van por la mayoría de los votos de un padrón de 217 mil 593 militantes
Entre Gustavo Madero y Ernesto Cordero, hoy simplemente no hay tregua.
No puede haberla. Lo que se disputan es de tal magnitud, que en sus acciones y discursos no hay espacio ni para las cortesías ni para las buenas costumbres.
Uno de los dos tendrá a partir del lunes 19 del próximo mes –y durante los siguientes 3 años–, el control de la segunda fuerza política en México.
Los intereses en juego van desde lo ideológico, hasta lo económico pasando por el vasto mundo de lo político. Es dinero, mucho dinero, cargos de gobierno en todos los niveles, muchos, y la capacidad de influir en la conducción del país y su destino.
Pero lo más importante es que luego de los comicios internos del domingo 18 de mayo, Madero o Cordero tendrán en sus manos a la única otra fuerza política que ha logrado convertirse en una opción de gobierno y llegar a Los Pinos, luego de un largo reinado del PRI en la Presidencia de la República.
Y ese es un elemento que agudiza y alimenta la batalla entre ambos.
Con apenas unos cuantos días antes del domingo 18 de mayo, los dos contendientes agudizan sus ataques y orientan sus mensajes en busca de obtener la simpatía y el voto mayoritario de entre 217 mil 593 militantes debidamente registrados en el padrón blanquiazul. De hacia dónde se incline este conglomerado dependerá quién de los dos llegue.
En ese contexto todos dentro y fuera de ese padrón sabemos que Madero se ha significado como una opción innovadora con eso de los pactos electorales con el PRD, con lo del Pacto por México, y con una conducción partidaria con toques del viejo panismo conservador, mientras que Cordero encarna simple y llanamente los intereses de Felipe Calderón –y el entorno del ex presidente–, quien con su forma de gobernar provocó la salida del PAN de Los Pinos.
En este contexto vale la pena retomar las entrevistas de ambos, aparecidas simultáneamente en dos medios.
EL MEJOR MOMENTO DEL PAN
Para Madero su presidencia en el PAN y la convergencia alcanzada con el presidente Enrique Peña Nieto y la dirigencia del PRD de Jesús Zambrano dentro del Pacto por México le han dado a su partido el mayor de los logros en toda su historia.
No repara en señalar que la participación alcanzada por el PAN dentro de este mecanismo es una forma de “cogobierno”.
A partir de eso, afirma, se han logrado sacar y aprobar reformas en telecomunicaciones, en competencia económica, energía, lo laboral, la educación y política-electoral que llevan en sí mismas el ADN del PAN.
En su perspectiva estas reformas contienen bombas de profundidad que modificarán el sistema político, económico y social del país, y la cultura priísta que durante décadas alentó la corrupción.
Las reformas alcanzadas en apenas
12 meses, dice Madero, corrigieron las fallas de los sexenios de Vicente Fox y de Felipe Calderón quienes no acertaron a impulsar ningún cambio.
Dice que con él al frente del PAN este partido no debe vérsele como oposición, sino como una alternativa de conducción del país.
Obtener un partido democrático, reformador y liberal no se logrará recitando las letanías de sus fundadores, dice, sino a través de generar una visión de futuro.
CORDERO PAVIMENTA SU DERROTA
Dentro de su perspectiva Madero considera que Cordero pavimenta su derrota al cuestionar y descalificar a priori a su partido y los órganos internos de elección.
No es descalificando y provocando crisis y ruptura como Cordero va a obtener un triunfo, advierte el chihuahuense quien le recuerda que a los panistas simplemente no les gustan las actitudes a la “López Obrador”.
No reconocer lo que se ha hecho, no dar la razón al hecho de que los pactos han beneficiado más a su partido que las divergencias, es ir en contra de lo que muchos panistas piensan, dice.
NI PALERO NI SUMISO
Como para confirmar la percepción de Madero, Ernesto Cordero advirtió que si él gana la presidencia del PAN, este partido se mantendrá en la mesa de los
acuerdos con el gobierno de Peña Nieto y PRD y PRI, pero señaló que no será con una actitud de aplaudidor ni de palero, y menos de sumiso.
Con un antecedente que lo ubica como el principal opositor y obstructor de todas las reformas que surgieron del Pacto por México y que pasaron por el Senado cuando él era presidente de la mesa de esta Cámara y simultáneamente coordinador de la fracción del PAN, Cordero adelanta que como líder de Acción Nacional su actuación sería con base en el respeto a su dignidad.
Y adelanta que buscaría que las grandes decisiones ya no surgieran de un pacto con el gobierno y los otros partidos, sino del Congreso.
La agenda del país surgiría, dice, de las cámaras de senadores y diputados y no de una mesa “en lo oscurito” como sucedió con el Pacto por México.
NO RECONOCERÁ SU DERROTA
Y por si hubiera dudas respecto del por qué dentro y fuera de Acción Nacional se le considera el López Obrador del PAN, Cordero advierte que no reconocerá su derrota si considera que no hay equidad o si hubo fraude.
Ambas cosas han venido siendo señaladas por él ante los órganos internos electorales de su partido, lo cual deja su advertencia como una decisión asumida a priori en caso de ser derrotado.
Confirma su decisión al señalar que hoy mismo tiene a toda la estructura del PAN en su contra, lo cual evidentemente indica que considera que no hay equidad.
En este punto le pide al presidente Enrique Peña Nieto abstenerse de intervenir en la elección interna del PAN a favor de Gustavo Madero.
“… espero que el Presidente tenga cosas más importantes que hacer que meterse en la elección interna del PAN. De verdad deseo que no se meta el gobierno… si no lo hacían en el pasado no veo por qué ahora lo hagan”.
En la óptica de Cordero, Madero es el responsable del “achicamiento” del PAN y de las derrotas sufridas, desde la Presidencial hasta las de alcaldías.
Indica que por eso hay que cambiar de dirigencia para buscar que el PAN sea un contrapeso real al gobierno de Peña Nieto “y no un palero del PRI”.
Agrega que Acción Nacional bajo la conducción de Madero se ha convertido en una comparsa del gobierno y se ha sometido a su poder.
Sobre lo que está en juego, Cordero dice:
“… dos proyectos distintos, un proyecto digno, un proyecto de partido donde electoralmente volvamos a crecer, que no esté sometido al gobierno, completamente independiente del gobierno y donde empecemos a volver a tender los puentes con la sociedad.
“Del el otro lado está un partido sometido y más de lo mismo, un proyecto donde el PAN se ha venido haciendo chiquito, en estos tres años con la dirigencia de Madero el PAN se hizo pequeño”, reitera.
Sin reconocer que como secretario de Hacienda y de Sedesol formó parte de un gobierno que provocó –con su guerra contra el crimen organizado una ola de muertos que rebasaron los 70 o 80 mil en 6 años–, el rechazo de los mexicanos en las urnas, Cordero se considera como “un panista que privilegia la unidad, la honestidad… un panista que quiere ver al PAN de pie, competitivo, un PAN creíble, honesto que gane elecciones”.
En fin, estamos en la parte final de una contienda que no va a disminuir su intensidad, sino todo lo contrario.