Sed de sangre, sed de vida
Cine viernes 18, Jun 2010Vértebras del cine
Luis Diego Hernández Romero
Sobre los vampiros se han hecho y deshecho un sinfín de historias, incluso se habla sobre ellos con tanta fluidez como si se tratase de un objeto de estudio científico. A pesar de tanta redundancia, al tema se le sigue sacando jugo mediante la búsqueda de nuevos enfoques. Como la más reciente película del realizador surcoreano Park Chan-Wook: Thirst, Sed de Sangre.
La cinta se desarrolla en dos grandes momentos. Primero, cuando el sacerdote Sang-hyeon decide participar como voluntario para la prueba de una vacuna contra un extraño virus. Una decisión que termina por transformarlo en un vampiro y que pondrá en juego sus principios religiosos y morales, contra su nueva condición, necesitada de sangre. La pronta recuperación del sacerdote es considerada por los feligreses como un acto divino, por lo que montan todo un espectáculo de devoción alrededor del milagro de Sang-hyeon.
Entre estos devotos hay una familia que constituye el segundo momento clave de la historia, pues favorece los eventos y personajes que harán brotar del sacerdote todas aquellas perversiones propias del vampiro, como la sensualidad, la obsesión y el hambre por la sangre humana.
Para esta parte de la película, cargada de tensión, discordia y tormentosas uniones, el director, y también guionista de la cinta, se ha basado en la novela realista Thérèse Raquin, de Émile Zola, en la que una joven es obligada a casarse con su primo, y a vivir una tortuosamente, con su tío, hasta que conoce a un hombre con quien mantiene una relación en secreto.
De la misma manera, en Sed de Sangre se desarrolla este turbio ambiente; El sacerdote conoce a Tae-Ju, la chica atrapada en la monotonía y por quien estará dispuesto a romper absolutamente todas las reglas morales establecidas. A lo largo de la cinta, Tae-Ju y Sang-hyeon forjan una relación llena de excentricidades y disturbios psicológicos a raíz de la transformación vampírica del sacerdote.
El tratamiento del filme no puede considerarse como del género terrorífico ya que su línea va más por el conflicto ético del protagonista y su relación problemática con Tae-Ju. Este tipo de tumulto es un símbolo esencial del cine de Park Chan-Wook, quien es reconocido por su trilogía de venganza, encabezada por OldBoy.
Como es usual, sus películas se desenvuelven en un ritmo lento y constante, una característica que puede llegar a ser tediosa, sobretodo en Sed de Sangre, que parece estar cargada de escenas desatinadas, quizá innecesarias, que se justifican (tal vez) por generar un total sentimiento de disgusto, que de forma inconsciente nos colocan en los zapatos de los personajes, hartos de la vida.
La enfermedad del inmortal nocturno se presenta ante los protagonistas como una resurrección oportuna para renovar su existencia. Sin embargo, convertirse en una bestia chupasangre no garantiza la pérdida de las bases familiares o emocionales ni mucho menos la eliminación del pasado. De hecho, solo hace de éste, una molesta piedra que en cada alivio de sed se vuelve más pesada.
Cuadro por cuadro
Nada está muerto para Hollywood, mucho menos Los Pitufos, de quienes preparan un largometraje en tercera dimensión. *** Disney está preparándose para revivir el encanto de El Mago de Oz, para la cual se contará con Sam Raimi (Spider-Man) en la dirección, y posiblemente Robert Downey Jr., quien hasta ahora es el principal señalado para el papel del mago.