Cabilderos
¬ Juan Manuel Magaña martes 15, Oct 2013Política Spot
Juan Manuel Magaña
El asunto de los cabilderos caminó ayer muy rápido.
En su calidad de presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados, el perredista Silvano Aureoles anunció que durante la sesión de hoy del pleno se discutirá una iniciativa para regular las actividades de los cabilderos al interior de San Lázaro.
Dijo: “Hemos acordado que mañana, de los primeros dictámenes que van a entrar a discusión, es el dictamen relativo a regular el trabajo, la dinámica del cabildeo en la Cámara de Diputados”.
Claridoso al respecto, el coordinador de diputados de Movimiento Ciudadano, Ricardo Monreal, definió que los cabilderos “se manejan con todo cinismo”, razón por la cual hay que regular y poner límites a su actividad.
No dejó de hacer notar algo sobre el asunto: que es “muy extraño y hasta sospechoso” que la mayoría “compuesta por el PRI y sus aliados no quieran legislar en materia de cabildeo”.
Decía que este asunto había caminado muy rápido porque apenas por la mañana de ayer se publicaba un reportaje en el que se exhibía que “La firma de auditores PricewaterhouseCoopers (PwC) ofrece sus servicios de cabildeo en el Congreso de la Unión para ‘tirar’ o ‘modificar’ artículos de la propuesta de reforma fiscal del presidente Enrique Peña Nieto, que afectan directamente a empresas privadas”.
Añadía: “PwC ya ‘opera’ en la Cámara de Diputados para modificar el artículo 29 de la iniciativa de la Ley del Impuesto sobre la Renta (ISR) y la propuesta federal de aplicar un impuesto de 10% a las ganancias de las personas físicas en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV)”.
De acuerdo con un diario, por cada artículo que logre modificar, la firma internacional cobrará un millón de dólares más IVA, es decir, si logra cambiar ambos apartados, la empresa cobrará dos millones de dólares más IVA.
De inmediato surgieron los cuestionamientos acerca de que sea el dinero el que determine la capacidad de hacerse escuchar por nuestros diputados. Más tratándose de una firma trasnacional contratada por poderosos grupos de interés mexicanos.
Y uno se preguntará ¿que clase de persuasión tendrá esa empresa que no tenga un ciudadano para convencer de su razón a un diputado o un senador? Y es ahí donde brincan las sospechas, que no son nada nuevas.
El propio diario apunta dos: desde amenazas hasta ofrecimientos en especie como viajes todo pagado.
Y si toma uno en cuenta que en México nuestros políticos son muy susceptibles a los cañonazos de 50 mil pesos… Uno puede sospechar todavía más. Y es claro que los cabilderos pueden hacer flaquear el proceso legislativo que tendrá que ver con aquello de que “pagarán más los que más tienen”.
El caso es que hoy se ventilará este asunto en el pleno y es aquí donde vamos a ver quién dice “Yo”