Conflictivo proceso
¬ Juan Manuel Magaña miércoles 4, Sep 2013Política Spot
Juan Manuel Magaña
La reforma educativa ilustra con bastantes ángulos y matices lo conflictivo que resultó ser una reforma como a la enseñanza, que algo perdió en el camino y cuyos resultados sólo podrán verse en años, si es que se ven.
Ayer, maestros de la disidencia realizaron un bloqueo de las avenidas Reforma e Insurgentes, como parte de un “cerco humano” a la sede del Senado de la República en protesta por la inminente aprobación de la Ley General del Servicio Profesional Docente.
Las crónicas, como la de Diario Imagen nos dicen que dicho bloqueo comenzó a las seis de la mañana y terminó a las cuatro de la tarde, por lo que tuvo una duración de diez horas.
La movilización obligó a instalar un fuerte dispositivo de seguridad desplegado en el perímetro, con vallas metálicas de dos metros en todas las bocacalles que desembocan a Paseo de la Reforma e Insurgentes, así como vallas de granaderos.
También implicó los cierres a la circulación por parte de policías de Tránsito y que a las 8:15 fuera interrumpido el servicio del Metrobús en el tramo que va de la Glorieta de Insurgentes hacia el norte de la ciudad, por lo que miles de usuarios caminaron sobre Insurgentes hacia sus labores.
Un matiz interesante es que los comercios de la zona mantuvieron sus cortinas abiertas, incluso frente a la sede del Senado de la República. Locatarios expresaron que con los maestros “no tenemos problema, están tranquilos”. Pero, advirtieron que si llegaban los “anarquistas” entonces sí tendrían que cerrar.
Y bien que la IP y el PAN se quejan de que lo de la CNTE les ha costado una millonada en pérdidas.
Con todo y cerco, 89 senadores de todos los partidos pusieron en marcha la sesión y de inmediato turnaron a comisiones la Ley General del Servicio Profesional Docente, para la última estocada.
A las 13:00 horas actuaron las comisiones y media hora después aprobaron el asunto sin cambiarle una coma. Pero decidieron trasladar la discusión al pleno senatorial, horas después. Iban para largo, por las decenas de reservas que planteaba el PRD y las siete del PAN.
Y si el Senado le hacía un cambio a la minuta, todavía vendría un peloteo de días en el que la ley le sería devuelta a los diputados, para que después éstos la reenviaran a los senadores.
Sabedores de lo que se había perdido y se había ganado ya a esas alturas, los maestros determinaron aflojar por completo la presión y regresar a su campamento en el Zócalo capitalino, puesto que para las ocho de la noche tenían prevista una asamblea estatal de la sección 22 y más tarde iniciarían una asamblea nacional representativa.
Antes había aparecido de nuevo un elemento perturbador como el que surgió el 1 de septiembre y el 1 de diciembre del año anterior: un contingente de 250 personas que los federales identificaron como “partidarios del movimiento magisterial” iban a bloquear el aeropuerto.
La CNTE advirtió de inmediato que podría tratarse de grupos de provocadores y se deslindó de esa “protesta”.
El asomo de la violencia y el vandalismo que nadie, ni el poder, ni la prensa, ni mucho menos la gente, identifican pero que cargan en automático a la CNTE. La dinámica, los matices, los ángulos ilustran lo que viene con las otras reformas. A lo mejor todo amplificado.