La disputa por la CNC
Roberto Vizcaíno martes 25, May 2010Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
El giro que ha dado el mundo entero hacia la producción de alimentos orgánicos, ajenos de pesticidas y fertilizantes químicos, hacia la producción de alimentos libres de contaminantes, exige una organización de productores rurales que garantice su avance en todos los sentidos y niveles: mejores ingresos y educación para producir y no sólo para votar
No cabe duda que el país ha cambiado. Hoy, México es una enorme promesa. Con más de 120 millones de habitantes -algunos de ellos en el exterior-, y una juventud pujante cada vez más y mejor preparada, global, gracias a internet, esta nación jugará un papel esencial dentro de las economías de los próximos 30 o 50 años.
Para quienes vivimos en esta caótica capital mexicana, en el Distrito Federal, no deja de sorprendernos el acelerado crecimiento inmobiliario que se da en Paseo de la Reforma.
Los edificios de decenas de pisos y construcción con la ingeniería y la arquitectura más avanzados no deja de sorprendernos.
Y nos impresiona más cuando vemos el clima de crisis institucional, política, económica, de seguridad en el que estamos metidos ahora mismo.
Para quienes tenemos un poco más de edad y experiencia, la prudencia y serenidad nos indica que ese espectacular crecimiento inmobiliario que ha cambiado la fisonomía urbana en apenas unos cuantos años, y que le da otra perspectiva a la enorme y extensa ciudad de México surge de centros de poder económico y político que ven más allá de la década.
Eso nos indica que este país está convocado a ser una enorme economía en la zona norte de este continente, luego de que en los próximos años se termine esta violencia e inseguridad que hoy nos agobia.
No hay mal que dure 100 años, dice la experiencia y los centros del poder lo saben.
Esta reflexión viene a cuento porque este cambio también se da no sólo en lo urbano, lo poblacional, lo educativo, lo cultural, sino también en las zonas campesinas y rurales de México.
Hoy mismo ese cambio se advierte con toda claridad en la disputa por la dirigencia de la Confederación Nacional Campesina, la central rural surgida el 28 de agosto de 1938 al calor del reparto agrario en La Laguna y la creación del ejido, ambos movimientos creados e impulsados por el general Lázaro Cárdenas, y que durante las siguientes décadas y aún hoy concentra los ideales de Emiliano Zapata.
Hoy mismo en esta central ha iniciado el proceso de sucesión de su liderazgo nacional, encabezado por el diputado veracruzano Cruz López, movimiento en el que participan hasta este momento 4 aspirantes:
– Alberto Jiménez Merino, diputado federal por Puebla y coordinador de la poderosa bancada campesina del PRI en San Lázaro, y quien es apoyado por el dirigente saliente; Héctor Padilla Padilla, que pertenece al grupo del ex gobernador oaxaqueño y ex dirigente cenecista Heladio Ramírez; Gerardo Sánchez, también diputado federal y actual secretario de Desarrollo Municipal de la CNC y Ricardo Chávez, secretario de Acción Política de la misma central.
La contienda por el cargo se inició hace apenas una semana, a pesar de que la convocatoria correspondiente a la elección no ha sido publicada y se espera salga entre septiembre y noviembre, ya que la toma de posesión del nuevo dirigente se realizará el 6 de enero de 2011, fecha de la celebración del reparto agrario de Lázaro Cárdenas.
Esta es una disputa adelantada dentro del sector campesino priísta, el de mayor peso e influencia entre las organizaciones rurales, como consecuencia de que su actual líder, Cruz López Aguilar, dio a conocer en agosto del año pasado que no contendería por su reelección.
Hoy, Cruz López es el líder formal de la CNC y presidente de la Comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados.
La importancia de este proceso es que la abierta aspiración al cargo del diputado Alberto Jiménez Merino cambia el perfil del viejo y tradicional dirigente campesino priísta.
Lugar de nacimiento:
Nacido el 25 de septiembre de 1959 en Tecomatlán, Puebla, Jiménez Merino es un ingeniero agrónomo egresado de Chapingo, catedrático e investigador de la misma, que ha ocupado varios cargos directivos en este centro de altos estudios agrícolas, donde ha llegado a ser rector.
De ahí ha pasado a ser subdelegado de Desarrollo Rural en el gobierno del Distrito Federal, consultor de la FAO y la ONU y secretario de Desarrollo Rural en su natal Puebla.
A lo largo de su actividad política, académica y profesional, Jiménez Merino ha publicado una veintena de libros especializados en el tema rural y de desarrollo del campo y ahora como diputado se ha significado como uno de poslegisladores que más iniciativas ha presentado ante el pleno.
Entre otras muchas, este diputado ha “subido” a tribuna propuestas, como la del aprovechamiento de la energía solar y eólica en el uso doméstico; la del impuso al desarrollo de tecnologías sobre biocombustibles o el rescate de la cultura de la autoproducción que garantice el abasto de alimentos en el medio urbano, sobre todo entre las clases marginales y bajas.
Entre sus actividades destaca su reciente denuncia de que el gobierno de Felipe Calderón presenta un subejercicio de un 74 por ciento de los recursos multimillonarios aprobados por la Cámara de Diputados para ser aplicados en las actividades rurales.
Entre sus principales propuestas se encuentra la de revisar el Tratado de Libre Comercio y la que exige rediseñar al Procampo y el Programa Oportunidades, tan señalados por la oposición como un instrumento de uso electoral por parte de la administración federal panista.
En fin, la perspectiva cierta de que Jiménez Merino llegue a dirigir la CNC por sobre sus otros contendientes, abre la posibilidad de que esta central de viejo cuño y dirigencias muy primitivas e impreparadas dé un giro de 180 grados.
Sería imprimirle una proyección modernizadora a un sector tan urgido de nuevos derroteros y apoyos, no sólo en lo político, sino en lo productivo.
Hay que recordar aquella frase que englobaba una denuncia, dicha por aquel secretario de Agricultura en la época de Luis Echeverría respecto de que los gobiernos surgidos de la Revolución Mexicana habían creado una organización campesina, hablaba precisamente de ésta CNC hoy en disputa, que servía para votar, pero no para producir.
Lo que está hoy en juego no es sólo el liderazgo de la mayor y más antigua central campesina de México, sino un proyecto ideológico que debe encuadrarse dentro de la modernización del partido al que pertenece -al PRI- y al desarrollo de México que requiere de alimentos y productos agrícolas garantizados.
El giro que ha dado el mundo entero hacia la producción de alimentos orgánicos, ajenos de pesticidas y fertilizantes químicos, hacia la producción de alimentos libres de contaminantes, exige una organización de productores rurales que garantice su avance en todos los sentidos y niveles: mejores ingresos y educación para producir y no sólo para votar.
Eso es lo que está en juego en este momento de cambio de dirigentes en el México del 2010 y con perspectivas de ir hacia un país desarrollado en el 2050.