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Ramón Zurita Sahagún martes 25, May 2010De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
La derrota del PAN en Mérida significó el primer clavo en la cruz que carga César Nava Vázquez en su carácter de presidente nacional del partido blanquiazul, por lo que la pregunta es cuántos más de los enclaves de este partido caerán en el ´presente año.
Mérida representaba un bastión para los panistas que la gobernaban desde 1990, en pleno auge salinista y desde entonces sucesivamente fue pasando de manos a candidatos de Acción Nacional, con Ana Rosa Payán como máxima estrella al ser alcaldesa en un par de ocasiones.
Antes de eso, Víctor Manuel Correa Rachó había ganado para Acción Nacional la principal ciudad del sureste mexicano, lo que lo convirtió en un emblema, por tratarse de la primera capital de un estado gobernada por el partido blanquiazul.
Eso le permitió a su hijo -Luis correa Mena- cosechar los beneficios políticos sembrados por su padre.
Pero si Mérida resultaba un emblema en el sureste para el partido de la derecha, otras posiciones que serán votadas el próximo cuatro de julio cuentan con su propia historia vinculadas a las acciones de gobierno emanadas desde Acción Nacional.
Baja California fue el primer estado gobernador por un militante de Acción Nacional -Ernesto Ruffo Appel- ganador de un proceso electoral en 1989 y en la misma acción, los panistas obtuvieron los principales ayuntamientos. El gobierno estatal, desde entonces, ha sido administrado por diversos personajes de esa filiación: Héctor Terán, quien murió en ejercicio del poder; Alejando González Alcocer; Eugenio Elorduy y Guadalupe Osuna Millán. Tijuana ha sido el símbolo de los triunfos panistas, ya que ese ayuntamiento, con la excepción de un trienio que gobernó el priísta Jorge Hank Rhon, es dominado por alcaldes de militancia panista. Mexicali es intermitente con triunfo del tricolor y blanquiazul, aunque más de estos últimos. Ensenada fue el punto de partida de Ruffo Appel y con alguna excepción, Daniel Quintero Peña es otro bastión panista. Tecate y Rosarito van más por la alternancia entre priístas y panistas pero son los dos municipios menos poblados del estado. Lamentablemente, para los panistas en esta ocasión no estará en juego el gobierno estatal que es el proceso electoral donde se concentra la fuerza de ese partido, ya que en las elecciones intermedias, han sufrido la pérdida de los dos principales ayuntamientos.
Aguascalientes es otro estado en el que los panistas se atrincheraron y desde la capital del estado prepararon el asalto al gobierno estatal, donde suman dos sexenios. La capital estatal es gobernada por un priísta, aunque cuatro alcaldes panistas lo antecedieron en el cargo. Dos militantes panistas, Felipe González y Luis Armando Reynoso, gobernaron esta entidad que hoy amaga con regresar a los gobiernos surgidos del partido tricolor.
Tlaxcala es un estado donde los panistas ensayaron una nueva fórmula hoy tan vigente, gobernar con un candidato -Héctor Ortiz- que de última hora renunció al PRI. Cerrada, pero inobjetable fue la victoria del hoy gobernador y en las pasada elecciones federales, los tlaxcaltecas refrendaron su espíritu blanquiazul. En este proceso electoral, la situación se aprecia difícil para la continuidad de un proyecto panista, por lo que el estado podría significar el debut y despida del partido blanquiazul en el gobierno estatal.
Pero esos son los dos únicos territorios estatales administrados por el PAN en los que estará en juego la joya de la corona que representa la elección de gobernador, aunque como en Baja California, existen otras plazas de interés primordial que han sido gobernadas por Acción Nacional y algunos considerados como bastiones.
La ciudad de Puebla ha sido gobernada en los últimos 20 años por varios alcaldes panistas, aunque los priístas llevan seis años consecutivos desde que la rescataron. Tehuacán y San Martín Texmelucan, fueron también enclaves panistas en el pasado reciente.
Zacatecas capital es gobernada por militantes panistas desde hace tres años, cuando ganó ese partido por vez primera la ciudad. Cuauhtémoc Calderón fue el alcalde ganador, aunque ahora compite por el gobierno estatal, con pocas posibilidades de triunfo.
El puerto de Veracruz, Córdoba, Boca del Río y Orizaba, representaron en el pasado reciente fuerte enclaves del panismo veracruzano con gobiernos sucesivos, aunque ahora las dos primeras ciudades fueron recuperadas por el PRI y se antoja difícil que los candidatos blanquiazules ganen alguna de ellas.
Oaxaca capital, parecía hecha a la medida de los panistas los que la gobernaron al tiempo que hacían lo propio en Huajuapan de León y otras ciudades de importancia del estado sureño que poco a poco regresaron a manos del partido tricolor.
Culiacán ha sido una plaza esquiva para los panistas, pero en Mazatlán parecían haber establecido un cuartel que, finalmente, le fue arrebatado por los priistas y hoy se aprecian distantes.
En Chihuahua primero fue Ciudad Juárez el bastión y luego lo canjearon por la capital del estado que hoy siguen gobernando, pero donde se aprecian dificultades para refrendarla, mientras que Juárez se ve lejana.
Durango fue gobernada alguna vez por el mítico “Negro” Elizondo y luego por seis años se volvió petista, pero en la actualidad no se ven viso de que Acción Nacional regrese a gobernarla.
Tamaulipas tuvo hace no mucho tiempo alcaldes panistas en Reynosa, Matamoros, Tampico y hasta en la capital estatal, Ciudad Victoria. Hoy el panorama para los blanquiazules es complicado para recuperar esas ciudades.
Como se advierte en este repaso por ciudades y entidades que son o han sido gobernadas por el PAN, la situación no se aprecia sencilla en cuanto a los resultados que algunos anticipan puedan obtener el próximo cuatro de julio.
*¿Seguirá analizando el presidente Calderón la posibilidad de asistir al mundial de futbol?