Perdedores, al olvido
Ramón Zurita Sahagún viernes 14, May 2010De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Tres han sido los candidatos perdedores en una elección estatal a los que el PRI les brindó una segunda oportunidad, con empate hasta el momento, ya que J. Natividad González Parás recobró el gobierno de Nuevo León y Fernando Ortiz Arana perdió nuevamente el de Querétaro.
El tercero en la lista es Mariano González Zarur que va nuevamente por el gobierno de Tlaxcala, donde hace seis años cayó vencido por un puñado de votos por el actual gobernador Héctor Ortiz.
Los priístas son reacios a una segunda oportunidad para sus candidatos derrotados, los que, en su mayoría, son enviados al olvido o tienen que realizar faenas singulares para recobrar la confianza de los dirigentes de su partido y aspirar a esa segunda oportunidad.
Tres diputados priístas aspiran a correr con esa misma suerte que tuvieron González Parás, Ortiz Arana y González Zarur, ya que si bien cayeron derrotados ante los candidatos opositores, hoy se reubicaron en las preferencias en virtud de sus triunfos distritales en los comicios federales del año pasado.
Jorge Arana y Arturo Zamora fueron los candidatos del PRI en 2000 y 2006 al gobierno de Jalisco y cayeron ante los panistas Francisco Ramírez Acuña y Emilio González Márquez, respectivamente, pero sus sorpresivos triunfos en sendos distritos federales los ubica otra vez ante la posibilidad de una segunda oportunidad.
Sami David, perdedor en el año 2000 ante el ex priísta Pablo Salazar intenta recuperar terreno y competir otra vez por el gobierno de Chiapas en dos años más, luego de fungir como diputado local y federal.
Y es que los priístas son reacios a dar una segunda oportunidad a sus candidatos vencidos en una elección de gobernador, sobre todo por la formación de nuevos cuadros que desplazan a los derrotados.
Por eso, es común que los candidatos perdedores se pierdan el ostracismo político y pocos pueden reinsertarse en la actividad pública, mientras que otros renuncian al partido y dan lástima con su nueva afiliación y otros más son olvidados por los electores después de su fracaso.
Son muchos los candidatos que no pudieron nuevamente subirse a los primeros planos políticos luego de perder una elección estatal y han rodado cuesta abajo en su carrera política.
De los pocos rescatables se encuentran Héctor Astudillo, actual alcalde de Chilpancingo, perdedor de los comicios en Guerrero en 2005. Héctor Hugo Olivares, diputado federal luego de caer en Aguascalientes en 1998 y actual delegado del PRI en Oaxaca.
Fernando Ortiz Arana consiguió ir nuevamente a la Cámara de Diputados luego de sus fracasos en Querétaro, misma historia que sucedió con González Zarur.
Pero de los demás poco o nada se supo.
Margarita Ortega Villa, la primera priísta en perder una elección (cayó ante el panista Ernesto Ruffo en 1989) a un gobierno estatal falleció al poco tiempo de esto. Los otros candidatos priístas perdedores en Baja California, simplemente desaparecieron del ámbito político como sucedió con Francisco Pérez Tejada, un ex administrador de aduanas que perdió en 1995 ante Héctor Terán y Daniel Quintero Peña, ex alcalde de Ensenada que poco representó para el candidato panista Eugenio Elorduy en 2001. Jorge Hank Rhon regresó a disfrutar de su fortuna luego de perder en 2007 ante J. Guadalupe Osuna.
Antonio Manríquez Guluarte y Rodemiro Amaya, perdedores en Baja California Sur, ante los perredistas Leonel Cota Montaño y Narciso Agúndez en 1999 y 2005, optaron por disfrutar de sus logros en la vida.
Orlando Paredes Lara resultó el priísta perdedor ante Patricio Patrón Laviada en Yucatán, donde surgieron cuadros jóvenes que desplazaron a las antiguas figuras del partido tricolor.
José Antonio Aguilar Bodegas se perdió en la inmensidad de los tiempos en su natal Chiapas, luego de hacer ante Juan José Sabines Guerrero en 2006.
Joaquín Cisneros no pudo repetir como candidato del PRI en Tlaxcala, luego de ser vencido por su ex compañero Alfonso Sánchez Anaya en 1998.
Maricela Sánchez Cortés intenta resurgir, sin éxito en Morelos donde fue vencida en 2006 por Marco Adame, mientras que Juan salgado Brito deambula por la oposición, sin reponerse todavía de varios fracasos electorales, incluido el del 2000 ante Sergio Estrada Cajigal.
Poco se supo de Lucas Vallarta Robles después de perder ante Antonio Echevarría Domínguez en 1999.
Óscar López Velarde Vega cayó en 2004 en Aguascalientes ante Luis Armando Reynoso Femat y ahora intentó, sin éxito la candidatura a la capital del estado.
José Marco Antonio Olvera y José Bonilla son dos nombres que los priístas de Zacatecas recuerdan muy poco, con todo y que fueron sus candidatos al gobierno del estado en 1998 y 2004, pero perdieron ante Ricardo Monreal Ávila y Amalia García Medina. Jesús Macías Delgado fue el priísta que perdió en 1992 el gobierno de Chihuahua, quedando relegado de la vida política, ya fallecido hace un par de año, debido a una enfermedad.
En Guanajuato los candidatos priístas derrotados han sido sucesivamente Ignacio Vázquez Torres, Juan Ignacio Torres Landa y Miguel Ángel Chico, vencidos por los panistas Vicente Fox Quesada, Juan Carlos Romero Hicks y Juan Manuel Oliva Ramírez.
Eugenio Ruiz Orozco corrió diferente suerte que sus compañeros de partido (Arana Arana y Zamora Jiménez hoy diputados federales), ya que después de perderé ante Alberto Cárdenas Jiménez poco es lo que pudo avanzar políticamente.
Dos priístas michoacanos, Alfredo Anaya Gudiño y Jesús Reyna García cayeron ante los perredistas Lázaro Cárdenas Batel y Leonel Godoy Rangel, en elecciones sucesivas y no lograron levantar cabeza después.
Por eso, Mariano González Zarur se puede considerar un privilegiado, pero también debe mantenerse consciente que si no gana la elección el cuatro de julio, mejor se retire de la vida política, ya que poco futuro tendrá.