Elección atípica
Ramón Zurita Sahagún jueves 13, May 2010De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Las quejas y denuncias sobre supuestos actos ilícitos son redundantes, los partidos políticos se atizan con todo, los cruces de un partido a otro abundan, la ayuda que se presta, legal e ilegal, a los candidatos es motivo de escándalo y eso que apenas se inician las campañas electorales.
Hacía mucho tiempo que una jornada electoral no se componía de tantos ingredientes, que no llamaba la atención de tantos y que no era seguida puntualmente desde sectores tan diversos.
Sin embargo, la definición de 12 gobiernos estatales en una misma jornada electoral, así como la elección de alcaldes en ayuntamientos sumamente poblados de otras en las que no elige al gobernador, mantiene con los ojos bien abiertos a los dirigentes y candidatos de cada uno de los cargos en disputa.
La del cuatro de julio está considerada como una elección sumamente atípica por los ingredientes que la componen y que, según los expertos, derivará en un proceso electoral sumamente judicializado.
Es la primera ocasión en que concurren electores de 12 entidades del país para elegir el mismo día a su gobernador, con lo que se marca el inicio del reagrupamiento de los distintos tipos de elección para conjuntar los comicios en una sola elección que conlleve alcaldes, gobernadores, diputados locales y diputados federales en otra que abarque senadores y Presidente de la República.
Se trata de la primera ocasión en que derecha e izquierda marchen juntos en tantos estados al mismo tiempo, pero también en que la mayoría de los candidatos propuestos no surjan de uno u otro partido.
Durango (José Rosas Aispuro), Sinaloa (Mario López Valdez), Oaxaca (Gabino Cué Monteagudo) e Hidalgo (Xóchitl Gálvez Ruiz) no militan en el PAN o el PRD, los dos principales partidos aliancistas.
En otros estados (Veracruz y Puebla) el PAN presentó candidatos (Miguel Ángel Yunes y Rafael Moreno Valle), con una larga trayectoria dentro del PRI, partido a vencer; mientras que los priístas van en Zacatecas con un candidato (Miguel Alonso Reyes) de reciente reingreso a sus filas, luego de militar por una década en el PRD, partido al que pretende derrotar en esa entidad.
La jornada electoral del cuatro de julio es atípica también al no participar el PT, partido de izquierda, con los otros organismos de esa tendencia que van en alianza con la derecha, con el caso excepcional de Oaxaca.
Sin embargo, en la mayor parte de los estados con alianza, el PT decidió no postular candidatos propios para evitar trabas a la coalición, aunque en Durango y Zacatecas si llevan abanderados propios al gobierno estatal.
La del cuatro de julio, decíamos al principio, es una jornada salpicada por denuncias y acusaciones de todo tipo, algunas de ellas ubicadas dentro del terreno de lo insólito.
El presidente del PAN demanda la intervención del secretario de Gobernación (su ex compañero de partido) para evitar se cometa fraude en Yucatán, donde el partido blanquiazul domina la principal plaza desde hace dos décadas.
Los perredistas tan dados a enviar brigadas de apoyo a sus candidatos a los diversos cargos de elección popular se quejan de que los priìstas hagan lo propio.
Los tricolores denuncian acoso de la policía del gobierno de Zacatecas, dominado por el PRD, al irrumpir en una bodega propiedad de uno de sus militantes y sacar con lujo de fuerza una docena de autos nuevos, bajo la gastada fórmula de la denuncia anónima que señalaba que se trataba de autos robados. El asunto no es tan sencillo, ya que los priístas señalan intimidación y avasallamiento de parte del gobierno estatal, mientras las autoridades locales precisan que hay injerencia y apoyo hacia el candidato priísta del gobierno de Nuevo León y la dirigencia nacional del PRD señala a los gobernadores de Nuevo León y Coahuila, Rodrigo Medina y Humberto Moreira, respectivamente, de respaldar con recursos públicos al candidato del PRI al gobierno de Zacatecas.
En Hidalgo, los dirigentes nacionales del PRD y del PAN, César Nava y Jesús Ortega, respectivamente, acusan al gobernador Miguel Osorio Chong de entrometerse en la contienda electoral y desviar recursos a favor del candidato del PRI.
Veracruz registra la petición del PAN para que sean relevados de sus cargos dos consejeros electorales estatales, por supuesta fobia al candidato de la alianza que integran Acción Nacional y Nueva Alianza a favor de Miguel Ángel Yunes Linares.
Aguascalientes registra la negativa del Instituto Estatal Electoral para registrar la candidatura del panista Martín Orozco, sometido a proceso judicial por supuesto fraude, por lo que su partido se niega a registrar otro abanderado y el dirigente nacional del partido y su candidato acusan al gobernador, también de extracción panista, Luis Armando Reynoso Femat, de tener las manos metidas en el asunto para favorecer al candidato del PRI, Calos Lozano.
En Oaxaca se mantiene un gran encono entre los seguidores de las dos alianzas que llevan como sus candidatos a Gabino Cué y Eviel Pérez.
Los priístas de Quintana Roo, encabezados por su gobernador, Félix González Canto, denuncian que la extradición de Mario Villanueva Madrid conlleva tintes electorales para desalentar el voto a favor del candidato priísta.
Sinaloa registra guerra sucia de uno y otro lado, con acusaciones de todo tipo, incluidas las que relacionan al candidato priísta, Jesús Vizcarra, con miembros de la delincuencia organizada y otras que pretenden desprestigiar al ex priísta y candidato de la alianza opositora PAN-PRD-Convergencia, Mario López Valdez.
Este es solamente un primer recuento de quejas, denuncias y acusaciones sobre el proceso electoral que se avecina y que conforme se acerque la fecha de la elección irán en crecimiento.