Entre lo ilegal
¬ Claudia Rodríguez martes 7, May 2013Acta Pública
Claudia Rodríguez
Claro que México es uno de los países donde los periodistas y todos aquellos que detallamos información u opinamos sobre el día a día, corremos riesgo, pero no sólo nosotros, sino cualquier mexicano, porque a querer o no, estamos metidos en una guerra donde lo que se defiende y se ataca es la ilegalidad.
En una guerra, aún la ideológica, no se es nunca neutral, aunque a sí mismo uno se declare. La actividad, la trayectoria, la familia, la vecindad y a veces hasta el no pronunciar una palabra nos comprometen.
Antes de que alguien tenga que recurrir a revisar mi currícula, me declaro en contra de las drogas y de cualquier legalización de la portación y consumo de éstas. Pese a lo que digan los del bando contrario, yo he visto de forma directa como destruyen, no sólo a quien las consume, sino también a quienes forman parte del entorno directo del consumidor.
La destrucción más sutil podría ser aquella que compete a la salud física y mental del consumidor y por ende a la de las relaciones sociales de familiares y amigos. Pero también y lo seguimos viviendo en todo el mundo, a la aniquilación de las mismas vidas.
El domingo por la mañana, en la ciudad norteña de Chihuahua, fueron asesinados a tiros otros dos jóvenes de entre tantos más que corrieron la misma desgracia ese fin de semana y en tantos días anteriores. Pero en esta ocasión se trató de los hijos de dos quienes ejercen el oficio del periodismo y que en menos de 24 horas las autoridades encargadas de la investigación se apresuraron a declarar que la ejecución de estos chicos que iniciaban su tercera década de vida, nada tenía que ver con la actividad profesional de sus padres.
Fueron ejecutados Alfredo David y Diego Alejandro Páramo González, hijos de Martha González y de David Páramo. Si fuera por el trabajo y en su caso el manejo de la información u opiniones de sus padres; terrible, pero también lo es en caso de que alguien hubiera querido cobrarles algo a ellos de forma directa y no imagino haberlo logrado sin la posesión de armas ilegales ligadas a otro mercado de lo prohibido.
¿Quieren legalizar las drogas? Dicen que por una cuestión de mercado. No nos engañemos. El alcohol, los cigarros y otros tantos productos altamente nocivos para el individuo y la sociedad se venden de forma legal y nada ha impedido que sean de los productos más caros y que igual se sigan vendiendo en el mercado ilegal y a la vez minen cada vez más a la sociedad.
Nuestros niños y jóvenes no merecen esto y tampoco quienes todos los días enfocamos nuestras baterías para que su futuro al menos, no sea menoscabado por un arma o cualquier producto ilegal y nocivo.
Mis condolencias a Martha García y David Páramo, igual que para todos aquellos padres que sin ser figuras públicas han perdido a sus hijos en medio de una guerra por y contra la ilegalidad.
Para advertir… ¿Cuántas armas prohibidas más seguirán sumando los malditos “daños colaterales”?