…Y como si nada
¬ Augusto Corro miércoles 1, May 2013Punto por punto
Augusto Corro
En la madrugada del 28 de abril, en la cárcel más importante de San Luis Potosí se registró una riña colectiva en la que 13 reclusos perdieron la vida y 100 resultaron lesionados.
La noticia no interesó a los medios, pues apareció minimizada. Un hecho más en la vida violenta de México.
Todo parece indicart que los mexicanos poco a poco nos acostumbramos a saber de actos cruentos que conforme pasa el tiempo suman miles.
Pero principalmente, es en las cárceles de nuestro país donde la sangre ha corrido sin poder evitarlo.
Es innumerable el número de hechos violentos registrados en las prisiones y no se sabe que alguien se interese por la suerte de miles de internos.
En esos sitios de reclusión las autoridades carcelarias no cuentan. Son los propios reos quienes se encargan del orden y del desorden.
Son múltiples las causas que llevan a los internos a terminar sus disputas en baños de sangre.
Entre otras cosas, no hay suficientes cárceles para tantos delincuentes del fuero federal, por ejemplo, aquellos relacionados con el narco.
Por lo tanto, esos maleantes son recluidos en cárceles del fuero común. La diferencia es avasalladora, pues los narcos tienen los medios suficientes para convertirse en los poderosos. Además tienen los privilegios suficientes para hacer lo que les venga en gana.
Son muchas las cárceles en las que predominan los narcos y consecuentemente, los demás nada tienen que hacer hasta que se rebelan y recurren a la violencia.
En otros reclusorios se ha permitido el autogobierno de los internos que, indiscutiblemente, propicia la injusticia y la discriminación en esos centros.
LAS MAFIAS
La sobrepoblación en los penales, obvio decirle, provoca también conflictos que cada vez son más graves.
El número exagerado de reclusos ha propiciado la formación de mafias que se encargan de realizar todo tipo de “negocios”.
Desde hace mucho tiempo se habló de la saturación de internos en las cárceles de México. Nadie ha hecho caso.
Esa situación de semi abandono les permitió a las mafias controlar los escasos recursos y servicios vitales y los espacios disponibles.
En lo general, el caos es el común denominador de las prisiones, en las que se tiene que pagar por todos los servicios: en el interior por conseguir protección y un espacio y quienes desde el exterior pretenden entrevistarse con su familiar o amigo.
TODOS REVUELTOS
En los reclusorios conviven, porque es una costumbre, delincuentes del fuero común con sujetos acusados de delitos del fuero federal, reclusos que no han recibido su sentencia, con reos que purgan condenas largas.
En el mismo espacio se encuentran sentenciados a penas muy largas, como aquellos que cometieron delitos menores o son inocentes. La conducta de unos y otros es diferente, aunque esto no lo ven las autoridades.
Ante esa situación compleja de las penitenciarías, quien es enviado a esos sitios va con seguridad de llegar a un infierno, a una escuela del crimen.
Así pues, el sistema penitenciario se encuentra en crisis solo basta esperar noticias de nuevos hechos cruentos en los penales.
En otras ocasiones ya se habló de una reestructuración en el sistema mencionado, pero parece que solo se trató de una buena idea. Una reestructuración a fondo en el sistema carcelario es urgente.
Esas masacres en los penales ya no deben pasar como un hecho más en la vida del país. Son miles de seres humanos que necesitan vivir con dignidad. Ya no debemos ver como si nada lo que ocurre en las prisiones.