El último jalón
Ramón Zurita Sahagún lunes 10, May 2010De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Hidalgo fue no solamente el último de los estados en los en que el PRI nominó a su candidato al gobierno estatal y fue también el último en que se le tomó protesta como tal.
Las razones de ello fueron el temor que propició la eventual candidatura de Xóchitl Gálvez Ruiz como abanderada de una gran alianza opositora, que el tiempo mostró que su fuerza se encontraba en el papel y en la cobertura de los medios.
Fuera de eso, Xóchitl mostró que era solamente un globo inflado que a punto de tirar la toalla se mostró en ocasiones diversas.
Sin embargo, el temor generado entre los priístas postergó la nominación del candidato, pues los tricolores prefirieron medir primero los índices de popularidad de cada uno de los prospectos con que contaba ese partido.
Finalmente, al comprobar que la candidatura de Gálvez Ruiz era avalada por los partidos y sus dirigentes, pero no por los militantes de la oposición al PRI, el gobernador de Hidalgo pudo sacar a su “delfín”, Francisco Olvera Ruiz, un oscuro alcalde de la capital del estado que se ubicaba en las preferencias electorales por detrás de otros militantes de ese partido.
Omar Fayad Meneses, Jorge Rojo García de Alba y Carolina Viggiano Austria, todos ellos diputados federales reunían un mayor consenso que Olvera Ruiz, pero les faltaba el principal, el aval del gobernador.
Por eso, al comprobarse que Gálvez Ruiz era solamente un petardo que no reunía siquiera el respaldo de las principales figuras opositoras como son los dos senadores, por cierto de mayoría, José Guadarrama Márquez y Francisco Xavier Berganza, el gobernador Miguel Osorio Chong decidió jugar su carta mayor y apostó a favor de la candidatura del alcalde capitalino.
Claro que su operación cicatriz fue quirúrgica y Omar Fayad fue designado dirigente estatal del partido; Jorge Rojo, coordinador de campaña y otro aspirante más, Ramón Ramírez -también diputado federal- encabeza la lista de diputados plurinominales, con la intención de convertirlo en coordinador del Congreso local.
De esa manera, los priístas en Hidalgo se mostraron contentos, limaron asperezas y cerraron filas en torno a su candidato al gobierno del estado.
Caso contrario a lo sucedido con la oposición, donde la candidatura de Xóchitl provocó fracturas al interior de la alianza opositora.
La contienda que se consideraba como una de las más disputadas quedó relegada dentro del contexto de otras que se muestran más atractivas por la posibilidad de una alternancia como son Oaxaca, Sinaloa, Aguascalientes, Tlaxcala y Zacatecas.
Xóchitl se cayó en las encuestas y se apagó la figura de la combativa ex comisionada de los pueblos indígenas, la que a punto estuvo de tirar por la borda lo que en algún momento se pretendió convertir en una gran alianza de los partidos de oposición.
En el aire quedaron aquellas promesas de partidos y aspirantes opositores para construir el gran bloque opositor y el tiempo se encargó de situar a cada uno en su real dimensión.
Guadarrama y Berganza jugaron con la posibilidad de construir el bloque opositor alrededor de la candidatura de alguno de ellos, pero no de Xóchitl.
En el momento en que advirtieron que la encuesta que marcaría el nombre del candidato a gobernador se encaminaba por el lado de la ex comisionada, se iniciaron las descalificaciones al proceso de selección y cada uno de ellos escabulló el bulto, dejando sola a la empresaria.
La ruptura entre los representantes de los partidos Acción Nacional, Convergencia y el Partido de la Revolución Democrática y la amenaza de salida del Partido del Trabajo de la alianza opositora generó una opción por la que Xóchitl creyó encontrar la puerta de salida para su fallida aventura.
Y es que la falta de respaldo económico y de apoyos de los dirigentes y militantes de esos partidos la llevaron a un rincón, donde a punto estuvo de tirar la toalla, aunque para ello requería de una explicación.
Esa opción estuvo a punto de dársela los dos senadores que competían con ella, cuando a raíz del rompimiento con ellos y de la presunta salida del PT, los dos legisladores amagaron con aceptar la candidatura del partido que preside Alberto Anaya y maneja Andrés Manuel López Obrador.
Sin embargo, el rechazo de ambos para abanderar esta eventual candidatura no le dejó opciones ni pretextos a Gálvez Ruiz, por lo que negoció los apoyos necesarios para seguir en esta aventura que, se presume, no le depara final feliz.
*El pasado viernes desayunaban animadamente el senador Manlio Fabio Beltrones; el escritor Héctor Aguilar Camín y el politólogo Jorge G. Castañeda, los que revisaban los últimos detalles del nuevo programa de televisión que conducen ambos y que tuvo como primera estrella invitada al senador sonorense.
El programa fue grabado con antelación y la plática giró sobre algunos pendientes que arrojó la conversación entre el político y los entrevistadores, para no dejar cabos sueltos y cuidar la imagen de uno de los más sólidos aspirantes presidenciales con los que cuenta el PRI.
*Beatriz Paredes Rangel, presidenta nacional del PRI y un grupo compacto de gobernadores arroparon al candidato del PRI al gobierno de Hidalgo.
Fue un evento sin tanto glamour como otros, con el que el PRI cerró el ciclo de las 12 tomas de protesta de igual número de candidato que van por los gobiernos estatales.
Enrique Peña Nieto, Ulises Ruiz Ortiz, Mario Marín Torres, Ismael Hernández Deras, Ivonne Ortega Pacheco, Fidel Herrera Beltrán, Eugenio Hernández Flores y Miguel Osorio Chong fueron los gobernantes que brindaron calor al desangelado evento en que Francisco Olvera Ruiz mostró que le será difícil llegarle a la gente.