Pólvora fatídica
¬ Augusto Corro martes 19, Mar 2013Punto por punto
Augusto Corro
El viernes en la tarde estalló un vehículo cargado con cohetes en un barrio de Tlaxcala que provocó la muerte de 17 personas y decenas de heridos, algunos muy graves.
Según la versión de los testigos, un cohete lanzado al aire se regresó y cayó sobre la carga fatídica. El material pirotécnico sería usado en la ceremonia religiosa del Cuarto Viernes de Dolores. El hecho se registró, específicamente, en Nativitas, Tlaxcala.
La tragedia, que aún no termina, pudo ser de mayores dimensiones, porque cerca del lugar de la explosión se encontraban otros depósitos de pólvora, de acuerdo con las declaraciones del gobernador.
Desde luego, este hecho lamentable no será el último. La irresponsabilidad o ignorancia nos ha colocado cerca de la muerte. No hemos podido evitar muera tanta gente al estallar la pólvora. Cabe preguntar si existe algún responsable de lo sucedido en Nativitas. Independientemente que podrían fincarse cargos contra los productores de cohetes, las autoridades tendrán que responder muchas preguntas sobre las medidas de seguridad.
Por ejemplo, la propia policía no tenía la autoridad para acercarse a los organizadores de los actos religiosos para preguntar sobre las precauciones que se tomarían en el caso de que se usaran cohetes, cohetones o juegos pirotécnicos.
Si los parroquianos contaban con los permisos oficiales para quemar pólvora dos días determinados, alguien debió vigilar que se cumplieran esas autorizaciones. Nadie se preocupó por la seguridad.
Los resultados, debido a la imprudencia, fueron los de siempre. Los tlaxcaltecas volvieron a sentir el dolor en carne propia. Las escenas de llanto y tristeza se multiplicaron en los deudos que fueron al camposanto a despedir a las víctimas de la explosión.
El gobernador de Tlaxcala, Mariano González Zarur, manifestó que ante este tipo de contingencias se debe contar con protocolos (vaya palabreja) más efectivos para el manejo de juegos pirotécnicos en el país, pero para ello se deben regular normas federales.
Como quien dice, el mandatario citado ni tardo ni perezoso intentó lavarse las manos por lo acontecido en Nativitas.
Hemos recibido sugerencias de amables lectores que se inclinan por prohibir el uso de la pólvora para fiestas o ceremonias de cualquier tipo. No es mala idea, aunque esto llevaría a cientos de familias a perder un empleo que les permiten ingresos económicos regulares.
Todos sabemos que si no se toman las medidas adecuadas, las tragedias continuarán porque nadie es capaz de promover campañas de prevención de accidentes relacionados con la pólvora. En el Estado de México, las autoridades se han empeñado en vigilar la seguridad de aquellos productores de cohetes y los resultados han sido favorables, aunque no definitivos.
En el caso de Nativitas, los responsables de velar por la seguridad de los ciudadanos, deben entender que deben ser estrictos para que cumplan al pie de la letra los permisos para la producción y manejo de juegos pirotécnicos.
¿Cómo fue posible que una camioneta cargada de cohetes y cohetones circulara sin mayor precaución por un sitio lleno de feligreses? Como es tradición, después de ahogado el niño se buscará tapar el pozo.
Lo mejor sería prohibir el uso de la pólvora o de plano realizar una vigilancia muy amplia para evitar nuevas tragedias. Para empezar, el caso de Nativitas no debe verse como un accidente más.
A lo largo y ancho del país se realizan miles de festividades religiosas en las que se usa la pólvora. Nunca será tarde para alejar la muerte de esos eventos. ¿O es que ya nos acostumbramos a los hechos fatídicos? ¿A quién le toca responder la pregunta?
Aunque sea una tradicion usar este tipo de elementos durante las ceremonias religiosas, no podemos pensar que «por mas juegos pirotecnicos las oraciones seran mas escuchadas». Cabe anotar que las autoridades tienen gran responsabilidad ya que a ellas les corresponde obligatoriamente el control de este tipo de situaciones, la venta y el uso de la polvora debe ser estrictamente vigilado ya que no debe ser tolerado otro suceso tan doloroso como el ocurrido en tlaxcala o es que definitivamente somos tan iindolentes que preferimos un momento de exposicion al peligro por el uso irresponsable de polvora o la tranquilidad y seguridad de los feligreses. Pudieron ser mas!!