¿Privatizar Pemex?
Francisco Rodríguez martes 19, Mar 2013Índice político
Francisco Rodríguez
Con leves muy leves variantes, el texto del artículo 27 constitucional reza así desde hace 75 años: “Tratándose del petróleo y de los carburos de hidrógeno sólidos, líquidos o gaseosos o de minerales radioactivos, no se otorgarán concesiones ni contratos, ni subsistirán los que en su caso se hayan otorgado y la nación llevará a cabo la explotación de esos productos, en los términos que señale la Ley Reglamentaria respectiva. Corresponde exclusivamente a la nación generar, conducir, transformar, distribuir y abastecer energía eléctrica que tenga por objeto la prestación de servicio público.
En esta materia no se otorgarán concesiones a los particulares y la nación aprovechará los bienes y recursos naturales que se requieran para dichos fines”. Pero tales son “rezos” que no se cumplen cabalmente.
En materia de energía eléctrica, por ejemplo, desde el zedillato son los llamados productores independientes —en su mayoría extranjeros— quienes llevan todas las de ganar.
La CFE está obligada a adquirir sus excedentes, por lo que ha dejado de producir electricidad en las grandes presas del sureste, causa principal de las inundaciones que casi cada año asuelan a gran parte del territorio de Tabasco y parcialmente de Chiapas.
En materia petrolera, tiene ya mucho tiempo que empresas estadounidenses como Halliburton y Schlumberger, entre otras otras, gozan de los “contratos incentivados” con los que no sólo se burla a la Constitución, sino a la propia empresa paraestatal, habida cuenta de que sólo devoran millones y millones de dólares sin entregar resultados, cual sucede en Chicontepec.
Otra privatización de Pemex se ha dado vía los Pidiriegas, con los que se han financiado innumerables contratos de los llamados “llave en mano” y que han estado a cargo, but of course, de empresas de la iniciativa privada. Banqueros, financieros, empresarios y un sector de la así nombrada clase política, presionan para que la Constitución sea reformada para permitir que Pemex abra sus puertas a la iniciativa privada.
TRANSFORMACIÓN: PEÑA NIETO
El discurso oficial no habla de privatización, sino de modernización, incluso de transformación de la empresa. Así lo ha dicho el propio Presidente de la República en más de una ocasión, desde su campaña, y lo ha repetido en los dos últimos días.
El domingo pasado, en la refinería de Salamanca, el Presidente aseguró que la reforma energética contendrá cuatro rubros clave: ayudar a la economía familiar; democratizar la productividad al reducir las tarifas de la micro, pequeña y mediana empresa; elevar la competitividad de la industria nacional y permitir la creación de mayor infraestructura e inversión para aprovechar los recursos petroleros del país.
Explicó que la paraestatal debe ser una institución con mayor eficiencia, transparencia y mayor rendición de cuentas, por lo que alentará la ética corporativa y la responsabilidad social. “Una nueva estructura organizacional, mejorar la toma de decisiones, Pemex debe administrarse con la mayor eficiencia, honestidad, transparencia y rendición de cuentas”.
Y más adelante, que su gobierno busca el consenso de los firmantes del Pacto por México para alcanzar “una reforma energética que beneficie a todos los mexicanos, (y) si mejora el sector energético no tengan duda habrá de mejorar todo México, trabajemos todos juntos para hacer de Pemex la gran empresa que está destinada a ser, que estemos ante la gran oportunidad de transformar a Pemex, para transformar a México”.
En el ambiente, priva la sensación de que el objetivo es privatizar las actividades de Pemex.
Índice Flamígero: De 15 puntos consta la propuesta energética de Morena, sin tocar a la Constitución: 1)ampliar la exploración de nuevos yacimientos para disminuir la sobreexplotación; 2) construir cinco refinerías nuevas para dejar de importar gasolina de Estados Unidos; 3) aprovechar el gas del Golfo de México y dejar de importarlo; 4) ampliar el presupuesto para investigación y tecnología; 5) bajar el precio del gas doméstico; 6) reintegrar a Pemex en una sola estrategia nacional; 7) integrar una sola política energética que abarque petróleo, gas, electricidad y otros energéticos; 8) disminuir exportación de petróleo crudo y aumentar exportación de refinados y petroquímicos; 9) absorber la deuda de Pemex por parte del gobierno federal; 10) combatir todas las formas de corrupción y saqueo que se dan en torno al petróleo; 11) disminuir el gasto oneroso de la alta burocracia directiva de Pemex; 12) cortar la transferencia de Pemex al sindicato petrolero para gastos políticos; 13) cancelar los contratos de Pemex con compañías extranjeras que tienen sobreprecios; 14) incorporar estrategias sustentables y ecológicas, y 15) establecer una aportación fija de Pemex al erario.