Statoil, el otro ejemplo
Roberto Vizcaíno martes 19, Mar 2013Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- En 43 años, Noruega desarrolló un sector de hidrocarburos y tecnologías que hoy vende en 40 países
- Los beneficios del petróleo van a dar a un fondo de pensiones que nadie toca
- Grupos extremos de la misma izquierda agredieron verbalmente a dirigentes del PRD el domingo
Mi amigo Cuauhtémoc Lazcano, a mucha honra sinaloense, dice en Facebook:
“El rollo ya tan gastado de que Pemex es de todos los mexicanos se aplica también a CFE o ahí los dueños son otros. Y si como dicen es de todos entonces por qué a los muchos nos toca pagar el pato y a muy pocos comérselo bien laqueado”.
Estamos absolutamente de acuerdo. Eso mismo pensamos muchos. Sobre todo ahora que se viene de nuevo la discusión de si se debe o no abrir Pemex a la inversión privada.
¿Nos ha beneficiado Pemex como está, cómo se ha manejado hasta hoy?, ¿o sólo ha producido algunos cuantos ricos?
Están a punto de aprobarse otros mecanismos contra las malas mañas y contra la creación de fortunas indebidas… eso será la Comisión Nacional Anticorrupción. También se dará facultades constitucionales al IFAI y habrá un Código Penal Único en todo el país. Hoy la sociedad, sobre todo los jóvenes, están más atentos a enriquecimientos ilícitos y malos funcionarios.
¿Va a ser suficiente para garantizar un gobierno honesto?
No lo sé, ¿quién puede saberlo?.
Lo cierto es que como sociedad, los mexicanos debemos dar el paso y crecer, dejar las ingenuidades para los niños y ver cómo ha sido posible que otros pueblos sí han sabido utilizar sus recursos, entre ellos los hidrocarburos, para alcanzar empleo pleno y bien remunerado, bienestar y desarrollo.
Hoy le invito a asomarse a lo que ocurre en Noruega, donde como en México, el petróleo y el gas son de la nación, propiedad estatal, y donde su empresa, Statoil, es un ejemplo de operación en el mundo.
Su experiencia como país productor de hidrocarburos no es ni mucho menos tan larga como la nuestra.
Los noruegos descubrieron que tenían petróleo el 23 de diciembre de 1969, hace apenas 43 años y cuatro meses. Por supuesto que nadie en ese país sabía nada sobre el petróleo. Tuvieron que partir de cero.
En estos 43 últimos años, los noruegos han construido un sector de hidrocarburos que da empleo directo a más de 200 mil de sus 5.5 millones de habitantes.
Y han desarrollado una tecnología con la cual llegan ahora mismo a otros 40 países petroleros, incluido por supuesto México.
El “regalo de navidad” que el destino les dio al descubrir petróleo el 23 de diciembre de 1969, lo han convertido en una empresa que les deja miles y miles de millones de euros (1.8 dólares por euro), mismos que depositan en el Fondo Gubernamental de Pensiones.
Ese dinero no se toca. Es para garantizar el bienestar de todos los ciudadanos.
Según lo relata el periodista Jesús Rodríguez en su reportaje titulado “Noruega: el Manual de la Buena Vida”, publicado en la revista semanal de El País el 30 de octubre de 2011, apenas descubrieron petróleo, el gobierno noruego se impuso 10 mandamientos:
“El petróleo era propiedad de los noruegos; el gobierno tendría el control y la gestión de las operaciones; el país necesitaba crear una industria propia; el sector debía ser respetuoso con el medio ambiente y ese descubrimiento debía proporcionar a Noruega un papel eminente en política exterior”.
Hasta hoy, lo dicen los hechos, esos mandamientos se han cumplido.
A diferencia de otros pueblos, los noruegos no han fincado su desarrollo en el petróleo. Ellos siguen trabajando en lo suyo. Cada quien en la rama de las muchas que han desarrollado en aquella latitud y clima.
Dice el periodista Rodríguez:
“Noruega podía haberse convertido en un Estado holgazán, corrupto y opaco que sobornara a sus ciudadanos con bajos impuestos para comprar su silencio ante el despilfarro, el nepotismo y la falta de transparencia estatales en la gestión de los ingresos del oro negro, como había ocurrido en otros países productores, como las monarquías del Golfo, Irán, el Irak de Sadam, la Libia de Gadafi, la Venezuela de Chávez o la Rusia de Putin (Yo agregaría, como el México de todos nosotros).
“Noruega eligió su camino. En cuanto los petrodólares comenzaron a fluir a finales de los ochenta, un gobierno laborista creó el Fondo Gubernamental de Pensiones (más conocido como Fondo del Petróleo), donde serían depositados los ingresos y beneficios públicos del petróleo para ser invertidos en los mercados de todo el mundo (según un riguroso esquema ético de inversiones que proscribe a las empresas tabaqueras, nucleares, armamentistas y que emplean a población infantil).
“Con los beneficios del fondo se pagarían las pensiones de los noruegos cuando el petróleo dejara de fluir. Solo un 4% de los beneficios podría ir cada año a las arcas públicas para equilibrar el presupuesto del Estado. El resto, a la lucha común pensando en el Estado de bienestar de las generaciones venideras. “Eso es sostenibilidad real”, afirma un alto funcionario”.
Hoy gracias a esa política, Noruega cuenta con un fondo de 400 mil millones de euros provenientes de su riqueza petrolera, tiene empleo pleno y está considerado como el mejor país de Europa, con casi cero deuda y bienestar pleno. Todos los noruegos tienen derecho a los servicios de salud y su sistema social es el más avanzado del mundo.
Noruega tiene todo un equipo que se encarga de invertir en 10,000 compañías desde Nueva York a Shangái y de Londres a Singapur.
El gas que sale de su planta Karsto, alimenta 12 millones de hogares alemanes.
El dinero que recaban por la exportación de petróleo y gas lo reinvierten en empresas que no tienen que ver con la explotación de mano de obra infantil, la contaminación del medio ambiente, tabaqueras, nucleares, productoras de armamento, o que se presten a otros tipos de explotación.
¿Podremos aspirar a algo similar?, ¿O nos seguiremos peleando para que todo quede igual?
POLÍTICOS NOVATOS
Desde hace unos 10 días, el dirigente nacional del PRI, el mexiquense César Camacho Quiroz se reúne con sus estructuras y dirigencias estatales en aquellos 14 estados donde habrá elección en julio próximo.
Ante ellos señala que su partido está preparado para ganar de todas, todas las elecciones. Y ha señalado que ese triunfo podría surgir del buen gobierno que realiza el presidente Enrique Peña Nieto.
Los comentarios electorales de Camacho Quiroz les han pegado en su nivel de inconsistencia al menos a dos perredistas: al dirigente nacional del sol azteca, a Jesús Zambrano y al coordinador de los senadores de ese partido, Miguel Barbosa.
Los dos han reaccionado a los comentarios del mexiquense calificándolo a su vez de arrogante y prepotente, y han dicho que de seguir con estos comentarios, podrían ellos cancelar su participación en el Pacto por México.
Novatones a pesar de sus años en la política, los perredistas no dan el estirón y no logran entender que Camacho habla a sus electores y cuadros dirigentes, dentro de una campaña electoral y que la mesa del Pacto por México es simplemente otra pista del gran circo nacional.
En una pista, la de los comicios, los dirigentes son opositores, contendientes pero en la otra, la del Pacto, son negociadores.
¿Qué quería Barbosa o Zambrano y los pejistas que dijera Camacho? ¿Qué el PRI va a perder todas? ¿Así estarían contentos?
Pues eso no es real. Ellos también tienen que decir que van a ganar, ¿o qué… van a decir que van a perder?
CUANDO LA PERRA ES BRAVA…
El domingo, luego de la concentración en el monumento a la Revolución para manifestarse en defensa de Pemex, no pocos de los dirigentes del PRD y Cuauhtémoc Cárdenas, fueron agredidos verbalmente por varios grupo de extremistas, quienes les reclamaron ser cómplices de quienes quieren privatizar a la paraestatal.
Sus actitudes y dichos se parecen mucho a los de los seguidores de Andrés Manuel López Obrador. Quizá haya sido una muestra de que el tabasqueño ya no los considera aliados, sino enemigos. Los dirigentes perredistas no tienen más que llamar a la calma y a los dirigentes de esos grupos, a que los contengan.
Pero de que la perra es brava, dicen hasta a los de casa muerde.