Un rey en conflicto
¬ Augusto Corro miércoles 27, Feb 2013Punto por punto
Augusto Corro
Los guionistas de cine o teatro tienen en España una mina de oro para ser explotada: los ingredientes necesarios de la condición humana se encuentran en abundancia y a flor de tierra y utilizarlos con sentido creativo se lograría crear novelas, películas que compitieran para el Oscar e inclusive óperas.
Veamos: la monarquía española se encuentra en crisis familiar desde hace varios años, sólo que en el presente se nota más porque el país ibérico se encuentra en franca crisis económica y social y bien se sabe que cuando surgen este tipo de problemas, éstos se agigantan, se vuelven mayúsculos.
De aparecer en las listas de los países del primer mundo, España ahora regresar, por sus carencias y miserias, a los lugares que ocupan aquellas naciones pobres, en los que conseguir la comida diaria es una odisea. El Partido Popular (PP) en el poder, con Mariano Rajoy al frente, no ha podido sacar a la sociedad española del abismo en que naufraga.
La monarquía y el gobierno ante condiciones adversas lo único que han logrado es evidenciar aún más los grados de corrupción inimaginables, en un país que no merece estar en condiciones tan deplorables. Los ejércitos de desempleados (parados), las aplicaciones dolorosas a los programas sociales y la corrupción galopante se convirtieron en la peor pesadilla para Rajoy, que no le encuentra la cuadratura al círculo. En los últimos días se agregó el escándalo del ex tesorero del PP que apareció con una cuenta de 22 millones de euros en un banco suizo
Se reconoció una relación de políticos, incluido el propio Rajoy, beneficiados con el dinero ahorrado a todas luces ilegal. Luis Bárcenas, el hombre de las finanzas del presidente español, es investigado por las autoridades españolas. Hasta donde se ve, el conflicto amenaza con crecer e incluir a un amplio sector de la clase política peninsular.
El destino de España con el PP en el poder se nota sombrío. En estos tiempos difíciles, aquel país tiene los problemas suficientes para dar y prestar y las soluciones no llegan. En las manifestaciones de los españoles inconformes se escuchan los gritos que exigen la renuncia de Rajoy. Las llamadas de atención al presidente son enérgicas y lógicas.
A los múltiples conflictos del gobierno que no ata ni desata, se le agrega uno más a España: el escándalo del yerno del rey Juan Carlos, Iñaki Urdangarin, casado con la infanta Cristina. Ocurre que este pariente cercano del monarca es investigado por el desvío de varios millones de euros de dinero público a través del Instituto Nóos, una sociedad de mecenazgo que presidió entre 2004 y 2006.
El caso se complicó, porque se supone que en los negocios turbios de Urdangarin bien podría estar coludido algún personaje de la realeza. Claro, el presunto corrupto declaró que la casa de su majestad el rey no opinó, asesoró, autorizó o avaló las actividades que “yo desarrollaba en el Instituto Nóos”. Es lo menos que podría decir el aristocrático yerno para poner a salvo a la familia real.
El caso se ventila en las cortes y hay quienes opinan que Urdangarin terminará en la cárcel. De ocurrir esto, la familia real lavaría un poco la imagen. El rey Juan Carlos no tiene contento a sus súbditos que eran flagelados por la crisis económica, mientras que su majestad se desempeñaba como experimentado cazador de elefantes en África, acompañado de su presunta amante, la princesa alemana Corinna zu Sayn Wittgenstein.
Las revistas rosas, desde aquella fecha, se encargaron de tratar las relaciones sentimentales del rey con la princesa. A los escándalos señalados se sumó la aristócrata Corinna, quien, en reciente entrevista, manifestó que “maneja información “confidencial” y “reservada” de España. Lo que faltaba. O sea que la monarquía española igual que el gobierno de Rajoy se encuentra en serias dificultades. Las imágenes del presidente y del rey están más que abolladas. Ni hablar.