Casinos … ¿ilegales?
¬ Claudia Rodríguez martes 5, Feb 2013Acta Pública
Claudia Rodríguez
En realidad no debería ser ninguna novedad el hecho de que en México en casi cualquier lugar, los establecimientos dedicados a las casas de juegos o casinos florezcan como en primavera. El escenario transformado lo va confirmando.
Es imperativo saber qué es lo que ha dado lugar a tal situación más allá del interés económico conocido, cuando en teoría y en los recursos destinados, la política sexenal de Felipe Calderón se dirigió puntual a combatir al crimen organizado, o la delincuencia y es innegable que los comercios dedicados a los juegos de azar pueden ser una puerta abierta por donde pasa todo tipo de mercancía ilegal, no sólo droga.
La forma y la rapidez como se afecta el paisaje territorial, que en casi cualquier lugar alberga diversidad de restaurantes, bares y casinos, desplazando a comercios de giros distintos, son impactantes.
Como sociedad debemos adentrarnos más en el debate sobre si existen consecuencias económicas y sociales en la instalación de casinos casi en cualquier ámbito comercial, cuando antaño estaban restringidos a zonas hoteleras o turísticas. El debate respecto a por qué y quienes entregan los permisos para la proliferación de casas de juego y a quién benefician, también debe ser empujado desde la sociedad, más allá de lo que hagan o no las autoridades al respecto, pues parece que se ejerce la investigación de forma cabal, sólo cuando tiene un interés político y en tanto, los casinos florecen en nuestros ámbitos cotidianos.
Sólo habría que recordar cómo al panista Santiago Creel Miranda le ha perseguido en su demérito político su última acción como secretario de Gobernación en el sexenio foxista, con la que una semana antes de dejar el encargo para competir por primera vez en la elección interna de Acción Nacional rumbo a las presidenciales del 2006, otorgó a diferentes hombres de negocios y empresas permisos para operar 432 centros de apuestas remotas y salas de sorteos por un cuarto de siglo.
La administración de Felipe Calderón siguió, al respecto, el mismo camino. Hoy es asunto toral de investigación quiénes y a quiénes se autorizaron aún más permisos para operar salas de juego en los últimos minutos de operación de la Secretaría de Gobernación (Segob) bajo el mando de Calderón. Mientras tanto, a nivel de la realidad, los mexicanos gastamos recursos en combatir al crimen organizado y en hacerle el caldo gordo a los mismos cuando nos convertimos en sus clientes por las puertas de muchos centros de apuesta.
Acta Divina… Mientras se discute la creación de una comisión especial para investigar posibles actos de corrupción en el otorgamiento de permisos para la apertura de casinos, el senador panista Roberto Gil Zuarth exigió una revisión a fondo de en cada uno de esos negocios y del estado que guarda la industria del juego y el azar en el país: “Saber quiénes son los propietarios, quiénes son los operadores, cuáles son las redes de protección política que tengan y también si alguno de esos permisos fue producto de algún acto de corrupción…”.