El PAN, en arenas movedizas
¬ Augusto Corro miércoles 16, Ene 2013Punto por punto
Augusto Corro
Cada vez se complica más la resurrección del Partido Acción Nacional (PAN). El líder panista, Gustavo Madero, no encuentra la manera de revivirlo.
El pésimo gobierno de Calderón no le dejó opciones de supervivencia. En síntesis, esa organización política de derecha vive sus peores momentos.
El último trago amargo lo probó Madero al saber que el padrón electoral registró una desbandada de blanquiazules: más de un millón y medio de militantes abandonó el partido. Se acabó, pues, de un plumazo parte de la fuerza política panista. Esto hará más difícil la recuperación del PAN.
La militancia blanquiazul decidió alejarse del PAN porque notaron que el PAN había perdido su esencia política, sus principios, para convertirse en una organización política inspirada en los negocios. Un ejemplo de esto lo refleja la incursión de los funcionarios panistas en el negocio ilegal de los casinos.
También a la falta de democracia en el partido. El poder mareó a sus principales protagonistas en la decena trágica a tal grado que el PAN de organización política se transformó en una bolsa de trabajo de la burocracia. Miles de panistas encontraron chamba bajo la sombra de los gobiernos blanquiazules.
El PAN inició su carrera rumbo al precipicio cuando Vicente Fox llegó a la Presidencia de la República. La sociedad mexicana apostó al cambio y el guanajuatense era el adalid. Sin embargo, el prometedor político acabó en un remedo de mandatario. Compartió el poder con su esposa Martha Sahagún y la situación se complicó.
El capital político de Fox se desperdició y México no alcanzó a salir de su pobreza ancestral. En el balance de los dos sexenios panistas, se incrementó el número de pobres.
La impertinencia de Fox fue tal en su administración, que no le importó el juego sucio para dejar a su sucesor, el michoacano Calderón, quien complicó aún más la existencia al PAN que empezó a perder simpatizantes. A lo anterior se debe sumar la incapacidad de los dirigentes de Acción Nacional para superar el sinnúmero de obstáculos derivados de las pésimas administraciones panistas.
Ahora que el padrón electoral panista se puso al corriente, se llega a la conclusión que el PAN se quedó vacío. El 80 por ciento de su militancia optó por abandonar el partido que, como señalamos arriba, empezó a perder la brújula hace doce años.
En el presente, Madero se empeña en hacer un papel lleno de mentiras, como líder de un partido que está noqueado, en la lona, sin esperanzas de una pronta recuperación.
En las últimas elecciones, los panistas perdieron hasta la camisa. De figurar como la principal fuerza política, en los comicios mencionados descendieron hasta el tercer lugar. Fue, sin duda alguna, la puntilla que dejó al partido en franca agonía. A partir de esa tragedia los panistas no encuentran la fórmula para salir de la crisis política. Ni la encontrarán inmediatamente.
Calderón tendrá que responder sobre los resultados de su guerra fallida contra la delincuencia organizada: una cuestión histórica que deberá encontrar la respuesta por parte de su principal promotor. No se pueden cerrar capítulos de miles de muertos y desaparecidos con un borrón y cuenta nueva. La sociedad agraviada por el número de víctimas no dejará en paz a Calderón.
Así pues, las verdaderas causas de las derrotas panistas se encuentran en las malas administraciones panistas y en la pérdida ideológica de sus dirigentes. Claro, la ambición jugó un papel muy importante. Calderón no tuvo la suficiente visión política para dejar que el PAN se manejara independientemente.
Calderón en ningún momento dejó de inmiscuirse en los conflictos partidistas. Entre otros problemas que agravaron la estabilidad del partido, fue su empeño en mantener a Ernesto Cordero como su candidato a la presidencia de la República. Con esto, afectó a la aspirante panista Josefina Vázquez Mota, pues le negó su apoyo. El próximo fin de semana habrá reunión de los consejeros panistas que analizarán, una vez más, las razones de su derrota. Todos saben bien que los llevó a la condición de parias políticos en la que se encuentran. En su próximo Consejo Nacional los blanquiazules podrán deliberar tranquilamente, Calderón no estará con ellos. El michoacano ya se encuentra en Harvard para tomarle el pelo a los incautos.