El signo de la muerte
¬ Augusto Corro jueves 20, Sep 2012Punto por punto
Augusto Corro
Todo parece que el signo de la muerte sigue a México, irremediablemente.
Desde hace seis años, las noticias de personas secuestradas, desaparecidas o asesinadas forman parte de la información cotidiana.
A lo anterior, se deben añadir las tragedias registradas en diferentes actividades. Por ejemplo, las muertes de mineros, los carreterazos y otros accidentes, sin olvidar los ciclones fatales.
Todo sumado genera un saldo cruento de miles de víctimas. Cuando se trata de fenómenos naturales quizá las tragedias tengan alguna justificación; pero es inaceptable si se derivan de errores humanos. ¿Cómo se puede explicar la explosión reciente en las instalaciones de Pemex, en Tamaulipas, con un saldo de 26 muertos y 46 heridos?
Desde luego, no se trató de un atentado como lo declaró el director de la empresa, Juan José Suárez Coppel.
Tampoco influyó algún fenómeno natural incontrolable. Entonces, el origen del problema debe buscarse en las propias instalaciones donde se controla ese material explosivo como es el gas natural. ¿Algún error humano? Eso lo tendrán que definir las autoridades encargadas de las investigaciones.
Lo que sí se puede decir, es que Pemex dejó de ser una empresa de primer mundo, para convertirse en objeto de saqueo y tragedias. Es difícil entender como esa paraestatal con infinidad de recursos es incapaz de frenar la ordeña de ductos de combustible. En Pemex, hace tiempo que no van bien las cosas.
LA CÁRCEL O LA MUERTE
El gobernador de Jalisco, Emilio González Márquez, no perdió la oportunidad de abrir la boca y decir sandeces. Como se informó, el fin de semana fueron encontrados 17 personas muertas, en una carretera de Tizapán El Alto, cerca de Michoacán.
Al ser entrevistado sobre la matanza, el mandatario estatal se lavó las manos. Dijo (¡O cuanta sabiduría!) que los criminales tienen sólo dos caminos a seguir: la cárcel o la muerte.
Luego, invitó a los delincuentes a incursionar por el camino del bien, “que no esperen que otros delincuentes los maten o la policía los meta a la cárcel”. Y sentenció: la felicidad no está en la delincuencia. Vaya, vaya. El gobernador no se refirió a las investigaciones sobre la matanza. Si bien es cierto que los asesinados estaban fichados como delincuentes, esto no es suficiente para cerrar el caso.
González Márquez dijo que los 17 hombres fueron asesinados en Michoacán y fueron a arrojarlos a Jalisco.
En dicha entidad, la violencia llegó hace varios meses. Precisamente, en noviembre pasado, 26 cadáveres de presuntos delincuentes fueron abandonados en avenidas importantes de Guadalajara. ¿Si las personas tienen antecedentes penales y son asesinadas, sus casos ya no serán investigados? ¿Esa conducta indolente de las autoridades está relacionada con la impunidad que se vive en México?
¿DE QUIÉN ES LA CULPA?
Es parte de la tradición mexicana culpar de los errores a los adversarios políticos. Sana costumbre de nuestros gobernadores y presidentes. Ahí está el asunto de la fuga masiva de reos de la cárcel de Piedras Negras, Coahuila. (Por cierto la sociedad debe estar tranquila porque fueron recapturados dos de los 131 fugados). Ya nomás faltan 129.
Ayer señalamos, que en las prisiones mexicanas existe un caos total, propiciado por la corrupción y la sobrepoblación. A esos males se deben añadir la falta de intereses de las autoridades para erradicar los problemas que llevan a masacres de internos, fugas masivas, etc., en los penales de México. El líder de la Cámara de Diputados, Manlio Fabio Beltrones, manifestó que si bien son penales estatales, el gobierno federal no atendió en seis años la saturación en los Ceresos.
Por otra parte, Calderón, desde la comodidad de su Twitter, señaló lo siguiente: “Deplorable la fuga del penal estatal de Piedras Negras. Debe corregirse la vulnerabilidad de instituciones de justicia estatales. En los últimos 6 años se han fugado más de 1000 reos de penales estatales. De los penales federales ninguno”. Alguno de los mencionados tiene la razón. Es posible.
Sólo que es muy importante señalar que en las cárceles estatales o municipales se encuentran reos del fuero federal. O sea que están revueltos, sin importar el tipo de delito cometido. Alguien debe entender que los reclusorios son verdaderas bombas de tiempo que nadie intenta desactivar. En el caso del penal de Piedras Negras, según las últimas informaciones, los Zetas integraban el mayor grupo de fugados.
UN CAPÍTULO MÁS…
En Washington se reunieron la secretaria de Estado, Hillary Clinton, y la titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México, Patricia Espinosa. Como si no tuvieran temas importantes en su agenda, las funcionarias decidieron ventilar el “affaire” de “Tres Marías”. Sí, el caso aquel de la balacera de federales contra una camioneta diplomática en la que viajaban dos agentes de la CIA y un marino mexicano.
Bueno, pues Hillary y Patricia coincidieron en apoyar una investigación exhaustiva que lleve a la justicia a los responsables de la balacera mencionada. Quizá en la Procuraduría General de la República (PGR) se escuchen las voces de las mencionadas funcionarias, porque el caso va que vuela al archivo del olvido.
¿Nos quedaremos sin saber qué fue lo que ocurrió en “Tres Marías”? Afortunadamente, las versiones de los hechos son tantas y variadas que uno se puede quedar con la más interesante. ¿O no?