La renovada Perla de Occidente
¬ José Antonio López Sosa martes 18, Sep 2012Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Guadalajara, Jalisco.- Nos encontramos en una ciudad que se vislumbra muy renovada, con grandes obras urbanas, espacios públicos y sobre todo, con una preservación del centro histórico donde se han escrito las historias de toda una región, del occidente mexicano.
Con motivo de los Juegos Panamericanos del año 2011, las grandes avenidas, corredores viales, glorietas y plazas públicas se mantienen en perfecto estado, haciendo de la zona metropolitana de Guadalajara una ciudad hermosa, una gran urbe de casi 4 millones y medio de habitantes que mantiene el orden y la planeación urbana.
La violencia sistemática en el país ha tenido sus consecuencias en esta ciudad, para fortuna de los tapatíos estos niveles de violencia no han llegado ni de lejos a lo que ocurre en la tercera ciudad más poblada de nuestro país: Monterrey.
Desde zonas tan tradicionales como el centro de Tlaquepaque o el centro histórico de Guadalajara hasta grandes parques industriales como el que se encuentra en la autopista a Tepic, también modernos centros financieros, comerciales y habitacionales en Zapopan, es decir, la inversión y el crecimiento se nota en cada rincón de la zona metropolitana de Guadalajara integrada por los municipios de: Guadalajara, Tlajomulco, El Salto, Tlaquepaque, Tonalá, Zapopan, Juanacatlán e Ixtlahuacán. La oferta hotelera, gastronómica y artística es creciente, no sólo en lo que concierne al tequila –o vino de mezcal como se le conocía en los tiempos del virreinato—, hay muchos rubros que muestran la estupenda evolución de esta gran metrópoli.
Nos convencemos que una gran ciudad va más allá de los constantes yerros de su gobernante, como es el caso de Emilio González –gobernador de Jalisco—que durante su administración fue centro de escándalos por diversos temas.
EL BLINDADO GRITO DE INDEPENDENCIA
Precisamente hablando del gobernador González, en vísperas de la celebración de la independencia nacional mandó literalmente blindar las zonas aledañas a la plaza principal de Guadalajara, los efectivos policiales se contaban por miles, desde el Teatro Degollado hasta la azotea de la catedral, en los balcones de los edificios adyacentes, en las calles, en fin, prácticamente en todos lados había policía con uniformes de corte militar.
¿A qué le temía el gobernador?. Por un momento las calles centrales de Guadalajara nos recordaban las imágenes que CNN presenta cotidianamente desde Bagdad o Kabul.
Afortunadamente no hubo ningún acto de violencia en la celebración, aunque –insistimos—el aparto de seguridad fue por demás exagerado e intimidante para quienes por ahí pasaron.
Así pues corroboramos que Guadalajara es mucho más que la tradición del tequila y el mariachi –sin lugar a duda esencia de la Perla de Occidente—, una ciudad con un espíritu que combina la vanguardia con sus orígenes coloniales.
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