Lo peor de nosotros mismos
¬ Juan Manuel Magaña viernes 31, Ago 2012Política Spot
Juan Manuel Magaña
Mucho se dijo que Calderón podría asistir mañana a San Lázaro a entregar su último “informe” de dizque gobierno y a recetarnos un mensaje.
No hay en mi memoria, de López Portillo para acá, un informe que recuerde útil para algo.
Su naturaleza siempre ha sido tapar más de lo que enseñan.
Algunos hasta tienen extraños añadidos de poesía y rollo. Pero los de Calderón, que en eso supera a su maestro Fox, son pura fantasía.
Así que el “informe” bien se lo podría guardar, aunque ya nos avisaron que lo enviará al Congreso a través de un propio: su secretario Poiré.
A ver qué hacen con él los flamantes nuevos diputados y senadores.
Ahí no creo que encuentren nada y deberán apurarse para buscar en otras partes.
La idea de que Calderón asistiera era, más que provocadora, perturbadora.
Se decía que los priístas se iban a mostrar agradecidos de sus monumentales errores que al final fueron la clave de una devolución del poder. Y que los perredistas y petistas, unidos a un inexplicable concepto de civilidad, iban a verse obligados a portarse bien ante esa presencia. Y los panistas nada, puro ornato en este asunto.
Lo que en el fondo había era la idea de quitarle escenográficamente algo de esa ilegitimidad que jamás le abandonará.
Pero la incógnita fue despejada y ahora, es decir, hasta su último día, Calderón no irá pues no se merece ese lugar desde que la triste historia le reservó para siempre la puerta de atrás, y de salida.
Ahora, como en todos los años anteriores, tendrá que irse con su informe a otra parte.
A un ceremonial espurio, aunque lo que nos duela sea tirar el dinero a la basura por un oropel postizo.
Quién le hará verdadero caso.
Conozco a muchas personas que votaron por él, que odiaron lo que él odiaba, y que hoy no sólo se arrepienten sino se avergüenzan de ello, y desearían enviarlo hasta el fondo de sus subconscientes.
Me pregunto por qué y recuerdo a Fromm, que nos dice que un tremendo personaje de la historia llegó a hacer lo que hizo no por él sólo, sino porque él era como muchos de los que al final le prestaron su colaboración.
Es decir, hay quienes son lo peor de nosotros mismos. Y así es como pasan a la historia…