Calderón no cede
Roberto Vizcaíno lunes 13, Ago 2012Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- El Presidente de la República dice que pronto dejará de serlo y como ciudadano actuará en el PAN
- Perdida la Presidencia, a los panistas sólo les queda el partido, dijo
- Alejandra Barrales va por la coordinación de los senadores del PRD
Metido de lleno en la contienda interna por el control del PAN, el presidente Felipe Calderón aceptó finalmente que la Asamblea Nacional para la reestructuración de este partido se realice quizá en marzo de 2013, pero ganó la primera partida al colocar en la integración de la Comisión de Evaluación y Mejora de Acción Nacional a 11 de sus incondicionales.
Además, al intervenir ante los consejeros nacionales del blanquiazul durante su encuentro del fin de la semana, el michoacano les pidió reconocer que “por lo pronto ya no tendremos (bajo control panista al) gobierno… (y que entonces) lo único que nos queda es el partido”.
Hecha la aclaración, adelantó que pronto él dejará de ser “el Presidente Calderón”, para ser simple y llanamente “Felipe a secas y eso me entusiasma más que muchas cosas en esta etapa”.
La obviedad dice que como simple ciudadano, Felipe Calderón podría aspirar a ser nuevamente presidente del PAN, si es que los nuevos estatutos –esos que surgirán de la Asamblea de marzo–, se lo permitieran.
Con lo logrado finalmente por él en su cabildeo de casi un mes, y muy especialmente en sus conversaciones personales realizadas con la mayoría de los consejeros nacionales, se podría decir que si bien no logró que la Asamblea Nacional para la Restructuración de Acción Nacional se efectuara en noviembre, si pudo avanzar en su esquema de reorganizar al PAN dentro de su esquema inicial.
Para ello fue importante colocar a Luis Felipe Bravo Mena, Germán Martínez, César Nava (todos ellos ex presidentes nacionales del PAN), Jorge Zermeño, José González Morfín, Luisa María Calderón (su hermana) y a Elena Álvarez de Vicencio. En total 8 de 20 que integrarán la Comisión de Evaluación y Mejora de Acción Nacional).
Los consejeros afines a Gustavo Madero son: Cecilia Romero, Marco Adame, Arturo Salinas, Guadalupe Suárez, José Baez, Víctor Hugo Castañeda y Juan Molinar Horcasitas, en total 7.
De acuerdo a los propios consejeros, los 5 restantes no pertenecen ni al grupo de Calderón ni al de Madero: Carlos Medina Plascencia, Santiago Creel, Fernando Canales, Alejandro Moreno y Verónica Pérez.
Estos últimos en los hechos serán los que decidan hacia dónde deberán ir los cambios de los estatutos y con ello la restructuración de Acción Nacional.
“EN ESTO SE NOS VA LA VIDA”
Entre tanto, durante su intervención de casi 40 minutos del viernes pasado ante los casi 300 consejeros nacionales del PAN, Felipe Calderón les pidió reconocer que a partir del primero de diciembre próximo, ya sin la Presidencia de la República, los panistas sólo tendrán a su partido y por ello:
“El PAN deberá tomar decisiones ya, para refundar al partido… porque en esto se nos va la vida”.
En su diagnóstico sobre la circunstancia actual de Acción Nacional, indicó que él ve un quiebre moral y una ruptura ética del comportamiento de los panistas que urge corregir, porque la ciudadanía “se da perfectamente cuenta, y por eso lanza esa acusación que tanto nos duele: son iguales al PRI o al PRD”.
De ahí que su exigencia para ir urgentemente a una reconstrucción ética del partido, y así recuperar la esencia de Acción Nacional como instrumento de transformación de la vida cívica del país, va más allá de un simple cambio interno de estatutos.
“No hay más campaña electoral y lo único que nos queda es el partido, y es aquí, precisamente aquí, donde debemos concentrar nuestros esfuerzos, si es que queremos que Acción Nacional prevalezca y vuelva a ganarse la confianza ciudadana”, insistió.
La urgencia de ir de inmediato al cambio, les indicó, es porque “el mayor riesgo que puede correr hoy el PAN, es dejar los cambios para después”.
Ya ocurrió antes que se creó una comisión revisora de otras derrotas y crisis internas, y simplemente no sirvió de nada.
Hoy, señaló, una meta concreta para todo el panismo, que podría cohesionar al partido, sería llegar a “un acuerdo básico y esencial, transformemos al PAN, de manera tal que vuelva a ganar las elecciones presidenciales en el año 2018”, adelantó.
Indicó que hoy el futuro de su partido no está en una definición de conceptos, nombres o plazos, sino que “es de fondo y, aunque complejo, es urgente que lo resolvamos. Resolvámoslo bien y lo más pronto posible”.
Les pidió luego aceptar que sus llamados no son para dividirlos.
“Si el partido lo decide, si el partido tomó en sus manos el riesgo, la audacia de cambiar, y de hacerlo a fondo y cambiar ahora, yo voy a estar ahí, hombro con hombro con ustedes, contribuyendo con todo a la reconstrucción y a la unidad del partido”.
En esta tarea y reto, agregó, todos quienes intervienen en la vida del PAN son igualmente responsables.
Lo es su gobierno porque falló y fue incapaz de traducir sus logros en apoyo político-electoral de los ciudadanos.
En cuanto al PAN como partido, señaló, fue incapaz de construir una estructura en el territorio nacional para terminar siendo “no en una organización, no de carácter nacional, no en una verdadera acción nacional cohesionada y coherente en todo México, sino en una especie de confederación de comités, de grupos, a nivel estatal, a nivel municipal; cada quien con su lógica, cada quien con sus grupos, cada quien con sus padrones y cada quien con sus intereses”.
Todo advierte que Felipe Calderón, en lo que queda de agosto y en septiembre, octubre y noviembre continuará preparando su participación en los meses y años siguientes dentro de Acción Nacional.
Sin la Presidencia de la República, el PAN es lo único que le queda. Ya lo dijo explícitamente. Y tras eso va.
ALEJANDRA BARRALES
Entrevistada ampliamente por Alberto Morales para “El Universal”, la senadora electa Alejandra Barrales advierte que “nuestra relación con el gobierno será institucional”. Por supuesto que habla de la relación que tendrán los senadores del PRD a quienes aspiran a coordinarse, con el priísta Enrique Peña Nieto.
La todavía presidenta de la Comisión de Gobierno de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), confiesa abiertamente aspirar a ser la coordinadora de su fracción en el Senado y se autocalifica como una “mujer de equilibrios, consensos y definiciones”.
Habla de que, juntos, los legisladores del PRD, PT y Movimiento Ciudadano serán la segunda fuerza en el Congreso y ello los deberá llevar a constituirse en un frente progresista.
Desde esa perspectiva su interés sería el de incidir en la agenda nacional con los temas del desarrollo social. Es urgente, dijo, garantizar el acceso universal de los jóvenes a la educación y que se garantice la reactivación del campo.
¿Y AMLO?
Estará con él, pero no como persona sino como proyecto.
¿Habrá tomas de tribuna?
“Nuestra apuesta es resolver lo que hoy le urge al país. La gente quiere resultados, garantizar la educación a los jóvenes, reactivar al empleo, el campo, potenciar la economía, garantizarles seguridad y ahí vamos a estar en acción… la ruta que la gente nos exige, la situación que hoy estamos viviendo solo nos da la opción: darle resultados a la gente”, concluye.
¿AMENAZA?
Lo que signifique, pero el señalamiento hecho por Andrés Manuel López Obrador a los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación respecto de que deben “pensarlo bien” antes de validar la elección presidencial, parece una amenaza, una advertencia.
López Obrador insistió en que sus pruebas son contundentes para demostrar la compra de votos, lo cual no tiene otra alternativa que llevar al Trife a dictar la invalidez de la elección presidencial.
No se aceptará, les dijo a los magistrados, ninguna argucia legaloide de su parte para violar la Constitución General de la República.
Es decir: o los magistrados dictaminan como él les dice, o él no responde sobre el futuro de los magistrados.
¿Es o no una amenaza?