Peña, Manlio y Emilio jugarán a lo seguro
Roberto Vizcaíno viernes 10, Ago 2012Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- El mexiquense prometió a sus diputados y senadores mantener una “sana cercanía”
- Beltrones indicó que con EPN en la Presidencia no habrá dos proyectos de país, sino sólo uno
- Gamboa advirtió que los grandes problemas del mundo dejan a México ante un gran desafío
Ya sea la segunda transición como la califica Enrique Peña Nieto o la segunda alternancia, como la nombra Manlio Fabio Beltrones, el inicio de una nueva administración federal y su legislatura plantean para los ganadores un reto sin precedente y a tiempos fijos: en los próximos 6 años los priístas deberán rediseñar el gobierno central, alejarlo de la corrupción y a su vez crear las condiciones para un desarrollo sin precedente que abra millones de nuevos empleos bien remunerados, y para que el país vuelva a vivir la paz sin pobreza ni injusticia.
En síntesis, Enrique Peña Nieto como Presidente de México; Manlio Fabio Beltrones como coordinador de la bancada mayor de diputados federales y Emilio Gamboa como dirigente de la mayoría en el Senado, tienen que demostrar que la democracia mexicana sirve para beneficiar a los mexicanos y para hacer un gobierno eficiente.
Ni fácil, ni creíble, con lo que nos ha pasado en los 12 años anteriores.
Sin embargo, los tres personajes, y el resto de los 207 nuevos diputados del PRI y los 53 nuevos senadores del tricolor que tendrán bajo su responsabilidad el peso mayor de sacar adelante rápido y bien, a través de la negociación y el consenso con los otras fuerzas políticas nacionales las reformas estructurales, no muestran ni temor ni desgano.
Ayer, en un encuentro con los legisladores electos de su partido, Enrique Peña Nieto –quien cumplía casi 20 días sin aparecer en la escena pública–, advirtió que con él en Los Pinos, habrá una estrecha cercanía.
Indicó más para las otras fuerzas políticas que para los suyos, que “este es el momento de ver hacia el futuro, de estar a la altura de responder a las expectativas y exigencias de la sociedad democrática de México: una sociedad plural, una sociedad diversa, que participó de manera amplia, decidida, copiosa y sin precedente en la jornada del 1 de julio; en una jornada que debe enorgullecernos a todos los mexicanos, porque fue una jornada ejemplar; en la que participaron y participamos distintas expresiones políticas, que buscamos el respaldo de la sociedad mexicana en distintos espacios y para distintas tareas”.
Reiteró que desde su perspectiva los comicios se resolvieron con la participaron libre, meditada, razonada, emitiendo su voto de manera secreta millones de mexicanos, y que, como nunca, este fue un proceso vigilado por autoridades electorales y representantes de partidos con más de 3 millones de ciudadanos.
Hoy, dijo, “la competencia ha quedado atrás y va a la segunda transición democrática”, de pasar de ser oposición, a partido en el gobierno y de tener una estrecha colaboración entre poderes, especialmente entre el Ejecutivo y el Legislativo.
“La sociedad mexicana está ávida y deseosa de encontrar en la democracia mayores resultados”, subrayó y por ello los conminó a “no permitir que la sociedad mexicana encuentre el desencanto”.
Hoy, una vez ganadas las elecciones y los cargos, dijo, todos ellos tienen la responsabilidad de hacer realidad las promesas de campaña: abatir la pobreza, garantizar la producción de alimentos que el país requiere, impulsar el desarrollo y la modernización y así ayudar a generar los empleos bien remunerados que demanda el país.
GRANDES DESAFÍOS
En este contexto, el desde ayer coordinador de los senadores en la LXII Legislatura, el yucateco Emilio Gamboa advirtió que si bien las bancadas más numerosas son las que tendrán el reto mayor de garantizar acuerdos y la aprobación de las reformas, también habría que señalar que el reto es de todos.
Una vez que la voluntad popular se manifestó y decidió, dijo, “es tiempo de unificarnos en torno a este mandato de honrar los compromisos para cumplirle a los mexicanos.
“Los tiempos difíciles y críticos que vive el mundo y México, demandan unidad de los ciudadanos y no su división; exigen concordia, acercamiento, diálogo, acuerdos, consenso y armonía y no lo contrario.
“Vayamos todos por el amplio camino de la unidad a través del diálogo y el acuerdo”, invitó.
RECOMPOSICIÓN POLÍTICA
Beltrones indicó a su vez que el regreso del PRI al poder luego de 12 años de haberlo perdido, abre “el tránsito a la segunda alternancia… abre la posibilidad de ser el punto de partida del lanzamiento de una iniciativa formal de recomposición política que habrá de encabezar Enrique Peña Nieto, como Presidente de México.
“Esa recomposición será acompañada por la representación del PRI en el Poder Legislativo, el espacio estratégico más importante para la construcción de la gobernabilidad y la eficiencia del Estado”, señaló.
Indicó que las elecciones del 1 de julio dejaron una serie de mandatos:
“Que los mexicanos optaron por un Congreso plural, sin mayorías. Ya el candidato ganador, Enrique Peña Nieto, lo ha dicho: ejercerá una presidencia democrática que gobernará desde la pluralidad.
“Por ello, para acompañar responsablemente el ejercicio de la presidencia democrática, los 207 diputados del PRI que instalaremos el próximo 1 de septiembre la LXII legislatura, constituiremos el grupo mayor de la cámara de diputados.
“Digo grupo mayor, y no mayoría, por un hecho contundente: desde 1997 ningún partido tiene la mayoría. Somos el grupo mayor. No es un asunto de términos, sino de tener el valor de conocer nuestros límites y desafíos.
“No podemos auto engañarnos. Simular o construir mayorías ficticias puede tener costos muy altos.
“La idea de conformar un grupo mayor parte de la definición de sus objetivos, no del cálculo de su tamaño. Por ello, permítanme esbozar cinco objetivos que deberá conseguir nuestro grupo parlamentario:
“Primero.- Como ya se ha dicho, el grupo mayor tiene como principal objetivo acompañar la segunda alternancia. Nuestra tarea será la de construir las alianzas legislativas que aporten valor al trazo transformador que ha planteado Enrique Peña Nieto. Que un priísta ocupe la Presidencia de la República debe significar, para nosotros los diputados del PRI, una responsabilidad: la de representar los intereses de un partido en el gobierno que asumió claros compromisos con el pueblo de México. Una mayoría artificial no puede asegurar gobernabilidad ni rumbo claro. El grupo mayor, que se reconoce en su realidad, tiene más posibilidades de emprender con éxito las exigencias más apremiantes de la sociedad mexicana.
“Segundo.- Queremos construir alianzas para gobernar, no para que nos gobiernen. Las alianzas parlamentarias del grupo deberán configurarse a partir de nuevos arreglos, no podrán ser superficiales o de objetivos exclusivamente electorales. Hablamos de acuerdos de mediano plazo que recojan hipótesis de trabajo y visiones estratégicas articuladas por objetivos fundamentales. Un grupo mayor que construye acuerdos duraderos y no concesiones de corto plazo y que, ante el riesgo de la imposición de las minorías, debe actuar con cohesión y consensos. Si el grupo mayor no se gobierna desde dentro, corre el riesgo de ser gobernado desde fuera.
“Tercero.- El grupo mayor asume sus responsabilidades externas, frente a la sociedad y frente a los otros grupos parlamentarios. En el primer caso, el objetivo es claro: “construir el verdadero diálogo democrático entre ciudadanos a favor del país”. Gobernar con la gente, actuar en reflejo de sus preocupaciones, exigencias y aspiraciones. Con los otros grupos parlamentarios, diálogo, debate, respeto y reconocimiento de la verdadera correlación de fuerzas políticas. Si queremos encabezar una alianza transformadora en la pluralidad, deberemos tener mucha disposición, mucho diálogo, mucha participación y mucha negociación. Con el liderazgo de una presidencia democrática, habremos de construir los acuerdos por las reformas. Decía don Jesús Reyes Heroles: “más vale la fuerza de la política que la política de la fuerza”. Hoy, permítanme tener la audacia de parafrasearlo: más vale la fuerza de los acuerdos que los acuerdos a la fuerza.
“Cuarto.- Un grupo mayor como razón de estado para crear los acuerdos indispensables y lograr crecer y activar el mercado interno, aprobar una reforma hacendaria integral y tomar las decisiones económicas que permitan alcanzar un ritmo de crecimiento sostenido, con igualdad y estabilidad. Estos cambios no los puede garantizar un solo grupo. Se necesita de un gobierno con claridad de rumbo y del respaldo de la pluralidad política, económica y social del país. El grupo parlamentario del PRI en la Cámara de Diputados, tendrá el reto de encaminar este acuerdo por la vía de la inclusión, y diseñar incentivos para la cooperación política, y;
“Quinto.- Este grupo parlamentario entiende la división de poderes como distribución de responsabilidades. Que nadie se engañe o equivoque. Como la fuerza legislativa del partido en el poder, nuestra agenda es la del Ejecutivo. No hay dos proyectos de país. Es uno solo. Por tanto, suscribimos y hacemos nuestras las tres iniciativas que serán presentadas al Congreso de la Unión en septiembre: La creación de una Comisión Nacional Anticorrupción. La profundización y ampliación de la transparencia en todos los órdenes de gobierno y poderes de la unión y la creación de una instancia ciudadana y autónoma que supervise la contratación de medios de comunicación con fines publicitarios, en todos los niveles de gobierno”, concluyó.
Aquí están los fundamentos bajo los que habrán de operar Peña Nieto, Beltrones y Gamboa en sus respectivos encargos, que conforman el núcleo del nuevo poder priísta en México. El regreso del PRI al poder, nada más.